- Así lo consideró el expresidente Manuel Ávila Camacho, por su contribución al país, destacó Juan Ortiz Escamilla, investigador de la UV, durante su ponencia “El general Cárdenas y la Segunda Guerra Mundial”.
En muchas situaciones, Lázaro Cárdenas fue difícil de convencer por los norteamericanos, quienes se quejaban de no lograr que cambiara de opinión. Desde esa trinchera, el General obtuvo muchos beneficios para México.
Claudia Peralta Vázquez..
A decir del expresidente de México, Manuel Ávila Camacho, el general Lázaro Cárdenas del Río fue el mejor garante en la defensa de los intereses nacionales, expresó Juan Ortiz Escamilla, investigador del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH–S) de la Universidad Veracruzana (UV).
A invitación de la Academia Mexicana de la Historia (AMH), el investigador participó el jueves 17 de septiembre en el ciclo de conferencias “Medio siglo de la muerte de Lázaro Cárdenas”, con la charla “El general Cárdenas y la Segunda Guerra Mundial”, que fue transmitida a través de Facebook.
Ortiz Escamilla quien es conocedor de la historia bélica de México y se ha especializado en la guerra de Independencia, así como en Cárdenas y en la Segunda Guerra Mundial, habló sobre el papel importante que jugó este personaje a partir de 1940, tras su mandato como presidente de la nación.
El Doctor en Historia por El Colegio de México y miembro de la AMH, destacó que, sin duda, la Segunda Guerra Mundial es el parteaguas de una historia notable ocurrida en México.
Narró que, al término de su periodo como presidente de México, Cárdenas regresó a su natal Michoacán; sin embargo, el estallido de la Segunda Guerra Mundial en Europa y Asia puso al país en una situación muy delicada para su futuro inmediato.
“Estados Unidos tenía interés en desplegar un territorio mexicano, pistas aéreas, radares y personal militar ante la posibilidad de que los japoneses ocuparan la península de Baja California y desde ahí atacarlos.”
Por esta razón, el 10 de diciembre de 1941, ya como presidente de México, Manuel Ávila Camacho ordenó a Lázaro Cárdenas volver al servicio activo para que se ocupara de la recién creada Jefatura de la Comandancia Regional Militar del Pacífico. Con este nombramiento, el gobierno mexicano intentaba tranquilizar a los estadounidenses, pues Cárdenas del Río no era un general al que se le pudiera relacionar con el nazismo, sino todo lo contrario.
Además, con la creación de la Comisión de Defensa conjunta entre México y Estados Unidos, se inició una alianza estratégica militar de apoyo mutuo entre ambos países. “Las negociaciones se mantuvieron en secreto y se organizó un proyecto para la defensa mutua, del cual México fue el más beneficiado”, comentó el historiador.
En muchas situaciones, Lázaro Cárdenas fue difícil de convencer por los norteamericanos, quienes se quejaban de no lograr que cambiara de opinión. Desde esa trinchera, el General obtuvo muchos beneficios para México.
Juan Ortiz Escamilla dio a conocer que el 13 de mayo de 1942 fue bombardeado y hundido por submarinos alemanes el primero de seis buques petroleros (en menos de cuatro meses), el Potrero de Llano.
A partir de ese acontecimiento, el 22 de mayo de ese mismo año, Ávila Camacho declaró la guerra a Alemania, Italia y Japón, con consecuencias muy graves para los mexicanos. Posteriormente, con el hundimiento del sexto buque, Lázaro Cárdenas fue nombrado primer secretario de la Defensa Nacional.
Debido a la guerra, uno de los primeros cambios fue la creación del ejército de los conscriptos y la división del territorio nacional en 34 zonas militares, así como la edificación y modernización de nuevas instalaciones, pues anteriormente –desde 1820– los miembros del ejército habían vivido en conventos.
También, se remodelaron y ampliaron campos aéreos y otros nuevos, en las ciudades de Monterrey, Ixtepec, Chetumal y Cozumel.
El estado de guerra implicó la reorganización de la población civil, pues se implementó el servicio militar obligatorio que existe hasta nuestros días; asimismo, los comités regionales de defensa civil, las defensas rurales, batallones de obreros, legiones de guerrilleros, charros, comités de defensa femeninos, escuelas militares y nuevas unidades del ejército.
“Así empezó todo un proceso de modernización relacionado con la defensa del país.”
El servicio militar se creó con dos propósitos: preparar a los jóvenes para la defensa de México, y para que mediante la educación militar los habitantes pobres tuvieran una mejor calidad de vida.
Con esto, empezaron a tomarles huellas dactilares, que en su momento fue el mejor mecanismo de control social, ya que anteriormente esto sólo se aplicaba a los delincuentes o transgresores del orden. “Fue una manera de censar a todos los habitantes”.
No obstante, hubo muchas violaciones a la ley, sobre todo a los derechos de los indígenas, quienes fueron sacados a la fuerza de sus comunidades con cartillas falsas. El problema generó un extrañamiento por parte del general Cárdenas del Río, pues se enviaban hombres que no correspondían con la edad fijada y los individuos seleccionados eran de las clases humildes.
Pese a diversas protestas y levantamientos armados por el servicio militar, pues se pensaba que enviarían a los militares al frente de guerra en Europa, el reclutamiento permitió detectar dos problemas principales entre los habitantes de México: de salud y analfabetismo.
Se encontraron en los jóvenes casos de gripe, vitiligo, paludismo, del aparato respiratorio, chancro blando, principalmente padecimientos de transmisión sexual, que a través de la Secretaría de la Defensa Nacional se empezaron a tratar y combatir.
Después, resaltaron otras formas de organización social como: las de obreros, el Comité Nacional de la Legión de Guerrilleros Mexicanos, de defensa civil para la localización y adecuación de refugios antiaéreos en túneles de las ciudades.