- El taller, como espacio de formación e investigación, permite la construcción de conocimientos y relaciones entre estudiante-docente y entre alumnos, afirmó la investigadora de la Universidad de Caldas, Colombia.
Ayda Nidia Ocampo Serna, investigadora de la Universidad de Caldas, Colombia, ofreció la conferencia “Pedagogía del arte”.
José Luis Couttolenc Soto..
.- Ayda Nidia Ocampo Serna, investigadora de la Universidad de Caldas, Colombia, afirmó que el artista construye un mundo para sí mismo y para los demás, pues a través de metáforas y paisajes mentales se transforma el pensamiento de otra persona “con un conocimiento silencioso que va más allá del umbral de la conciencia, que se funde en entornos cotidianos del diario vivir”.
La docente y Directora del Departamento de Artes Plásticas de la universidad colombiana, ofreció el 15 de octubre la conferencia virtual “Pedagogía de las artes plásticas”, dentro del 2º Coloquio Internacional de Artes “Perspectivas contemporáneas de la función social del arte”, que realiza la Universidad Veracruzana (UV) a través de los Talleres Libres de Arte de la región Veracruz.
La investigadora acompañó su exposición con imágenes de trabajos creados con propuestas artísticas de estudiantes colombianos (grabado, pintura, escultura, modelado, cerámica y dibujo); basó su charla en tres temas: taller, imagen y exposición, a partir de las experiencias pedagógicas del programa que ofrece la Universidad de Caldas.
Detalló que cada taller tiene temáticas y procesos creativos particulares, y cada profesor su propia forma de enseñar, que va de lo real a la copia, para dar paso a la libertad de estilo, “al espíritu creador que todos tenemos dentro”.
Ocampo Serna definió el concepto de taller como “el espacio de encuentro entre docente y estudiante para examinar, practicar y reflexionar en conjunto, lo que da como resultado un proceso creativo visible a los ojos del otro; la participación conjunta dentro de un mismo espacio permite que las ideas se desplieguen y exista un aporte colectivo”, de ahí la importancia de la creatividad que permite enriquecer el conocimiento del otro y hace recíproco el aprendizaje, dando formas visibles a las ideas y los sentimientos.
En los talleres de la universidad colombiana se aplica la pedagogía del arte
La Magister en Diseño y Creación Interactiva opinó que una de las finalidades del arte es reflexionar sobre todo aquello que conduce al conocimiento, del que surgen la sensibilidad y el entendimiento: “La enseñanza de las artes plásticas tiene una importancia desde su acción estimuladora en procesos creativos que integran áreas emocionales, físicas e intelectuales, que le permitan al ser humano un enriquecimiento personal”.
Explicó que la pedagogía del arte propone una experiencia reflexiva sobre la producción artística, fundamentada en procesos de investigación-creación; asimismo, dijo que incluye un análisis de los procesos creativos realizados en los talleres, así como una mirada a los trabajos existentes en las salas de exposición, como medio de comunicación entre el artista y espectador.
Ayda Ocampo refirió que como resultado de la pedagogía del arte, alumnos del taller de pintura interpretaron con técnica libre la obra El beso, del pintor simbolista austriaco Gustav Klimt; los 30 trabajos realizados por los estudiantes se montaron en una exposición, de la cual se vendió el 70 por ciento, experiencia que permitió a los alumnos entender las posibilidades que tienen con las expresiones artísticas.
Dio a conocer también que a través de un convenio con el Museo de Arte de Caldas, alumnos de los cursos de extensión (niños, jóvenes y adultos) que trabajan con el sistema de pedagogía del arte exponen algunos de sus trabajos de pintura, dibujo y escultura, actividad que da difusión a dichos cursos.
“El taller como espacio para la formación e investigación permite la construcción de conocimientos y la relación entre estudiante-docente y entre alumnos; la dinámica de las relaciones psicoafectivas, las informales, formales, noviazgo, poder de ejercicio de una técnica u oficio, aceptación, ayuda, rechazo, en fin, son muchas las emociones que se tejen al interior del espacio del taller, en donde los productos creados generan posiciones y críticas, que cada estudiante sustenta y retroalimenta con la experiencia propia y de su colectivo”, concluyó la conferencista.
