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La Jornada
Nadine Gasman Zylbermann

 

Hace 67 años, las mujeres mexicanas lograron el reconocimiento de su derecho ciudadano a votar y ser votadas. A pesar de la oposición que recibió la propuesta, el entonces presidente Adolfo Ruiz Cortines cumplió en 1953 con la demanda que las mujeres iniciaron incluso antes de la Revolución Mexicana.

Más de un siglo después de que la idea del sufragio femenino en México tomara forma por primera vez en la revista feminista Las violetas del Anáhuac, finalmente contamos con una legislatura paritaria. Hoy, a casi siete décadas de conseguir el derecho al voto, gracias a la incansable lucha y perseverancia de las mexicanas, tenemos el compromiso de concretar en el 2021 la paridad en todo.

Sin embargo, aún restan grandes desafíos para hacer realidad el ejercicio de los derechos políticos de las mujeres en condiciones de igualdad y seguridad, un reto especialmente complejo para las mujeres rurales, las indígenas, las afromexicanas, entre otros grupos que, al no considerarse electoralmente significativas siguen siendo ignoradas.

En nuestra democracia, aún no se reflejan los sueños y aspiraciones de muchas mujeres y su camino todavía está lleno de obstáculos para dirigir y representar a otras personas.

Si bien la reforma constitucional de 2014 garantizó la paridad de género en el registro de las candidaturas, aún persisten prácticas que limitan la participación de las mujeres.

La expresión más dramática de la discriminación es la violencia política contra las mujeres por razones de género. Por ello, la reforma más reciente, del 13 de abril de 2020, dispuso mecanismos jurídicos y partidarios que sancionan este tipo de violencia.

La gran prueba será en este 2020-2021, que se llevará a cabo la elección más grande de la historia de México: más de 21 mil cargos de elección popular estarán en las boletas y la mitad de esas candidaturas tendrán que ser mujeres.

En esa mitad de candidaturas es indispensable generar las condiciones para que todas las mujeres en sus diversidades estén representadas, con énfasis en que las mujeres indígenas y afromexicanas formen parte de la toma de decisiones que transforman al país.