Todos los Santos y Fieles Difuntos en Pandemia

Agustín Basilio de la Vega

La pandemia no detuvo la devoción por los santos ni la recordación y las muestras de respeto por nuestros difuntos. Los mexicanos nos adaptamos y en “línea” hicimos lo propio para conservar y trasmitir nuestras tradiciones.

Los panteones cerraron sus puertas y las flores de cempasúchil fueron a dar en su mayoría a los altares y adornos domésticos. Se pudo ver a través de las redes sociales las “ofrendas” y el gusto por adornar las casas con motivos mexicanos. El Covid-19 hizo que fueran diferentes estas fiestas cristianas con alto contenido sincrético.

La religión y la cultura hicieron más llevaderos estos días difíciles en los que hemos visto partir de este mundo a familiares y amigos. Los “rosarios” y las celebraciones litúrgicas se trasmitieron mediante plataformas digitales.  Un buen ejemplo de la adaptación al confinamiento fue la   realización de una peregrinación “virtual” con más de 90 mil asistentes a Tierra Santa durante el mes de octubre; asimismo, las misas de Todos Santos se pudieron ver por internet.

Y, como ya mencionaba, las redes sociales permitieron entrar en la intimidad de muchos hogares en donde se construyeron “altares” para recordar a sus ancestros difuntos. Las imágenes gastronómicas de tamales, pan de muertos, chocolate, dulces, calaveritas de azúcar, etc. viajaron por el ciberespacio para deleite de los amigos. Los colores naranja, marrón y amarillo -muy propios del otoño- se hicieron presentes en las flores de cempasúchil, las calabazas, las mandarinas, los limones, el mole y demás “ofrendas”, y se mezclaron con los del papel “picado” que en muchos casos fueron realizados con cortadora láser, y que son distintivos de las fiestas mexicanas.

Esta vez, la tumbas se quedaron solas pero nuestros difuntos estuvieron en casa, como siempre, y quizás más visibles.   Sus fotografías nos traen a la memoria buenos recuerdos y en muchos casos, grandes ejemplos.  El confinamiento nos da más tiempo para reflexionar sobre la vida y la muerte pues se anda con menos prisa, además de que la Parca anda buscando a los que no guardan la sana distancia.

La cultura y las tradiciones mexicanas viajaron por la red del internet a todos los continentes de ida y vuelta. Algunos eventos de “Mictlán” se realizaron sin público y sus grabaciones están al alcance de todo el mundo gracias a la tecnología de la informática, pues el arte se abre paso y la creatividad humana es grande.

Pedir a los santos su intercesión ante el Creador para que nos proteja de la pandemia es confortante, y orar por nuestros fieles difuntos es nuestra obligación. En esta pandemia no hubo romería en panteones y teatros, pero en los hogares hay mucha fe en que vendrán mejores días para todos.                                 Twitter @basiliodelavega                           2 de noviembre de 2020