- Evidencias sugieren nuevas estrategias de prevención e intervención dirigidas a problemas de obesidad y enfermedades relacionadas.
José Luis Couttolenc Soto..
Investigadores y académicos de la Facultad de Medicina de la Universidad Veracruzana (UV) estudian la relación entre la disminución del sueño y el desarrollo de enfermedades metabólicas, con análisis electrográficos, antropométricos y moleculares de genes vinculados a la acumulación de grasa corporal en la población mexicana.
Lo anterior lo dio a conocer Montserrat Alheli Melgarejo Gutiérrez, coordinadora de investigación de la Facultad, durante su participación en el Simposio Latinoamericano “Avances recientes sobre la neurobiología del ciclo vigilia-sueño”, organizado por la UV a través del Instituto de Ciencias de la Salud (ICS), y que tuvo lugar de manera virtual los días 5 y 6 de noviembre.
En su ponencia “La falta de sueño como factor de desórdenes metabólicos”, Montserrat Melgarejo destacó que evidencias de estos trabajos sugieren que tanto la duración del sueño como su calidad se vinculan con la salud metabólica, de ahí la importancia de mantener una higiene y tiempo de sueño adecuados; además, se sugiere también la necesidad de nuevas estrategias de prevención e intervención para atender la epidemia actual de obesidad y enfermedades relacionadas, tanto en México como a nivel mundial.
Asimismo, detalló que la salud metabólica es una condición fisiológica que depende de diversos factores como hábitos de alimentación, actividad física, predisposición genética; en la actualidad se considera también el tiempo y calidad de sueño, argumentándose que la privación, alteración y disrupción de éste, constituye un factor que afecta de manera negativa la salud.
“La disminución en las horas de sueño, la alteración de su calidad y los patrones irregulares de sueño y vigilia, se han asociado con consecuencias metabólicas como sobrepeso, obesidad, resistencia a la insulina, diabetes mellitus tipo 2 e hipertensión, tanto en población adulta como en niños, incluso de edad preescolar”, dijo.
Refirió también que estudios de laboratorio, clínicos y epidemiológicos realizados a nivel mundial, han reportado que un tiempo de sueño reducido (menos de seis horas por noche) es factor de riesgo para la acumulación de tejido graso visceral, incremento del índice de masa corporal y aumento en la ingesta de alimentos, particularmente ricos en grasas y carbohidratos.
Mencionó que la alteración en el ritmo y patrón de sueño también predisponen a la alteración del metabolismo energético, y que otros estudios han demostrado que una sola noche de privación del sueño es suficiente para alterar la secreción de hormonas que controlan el apetito y la saciedad, como la leptina y la grelina.
Vinculación de la respiración con el sueño
En el mismo evento, Consuelo Morgado Valle, del Centro de Investigaciones Cerebrales (Cice), proporcionó una visión amplia acerca de la complejidad anatómica de la generación y control central del ritmo respiratorio, así como de la regulación de la respiración durante el sueño.
Expuso que el sistema respiratorio de los mamíferos produce diferentes tipos de patrones ventilatorios que responden al estado general del individuo; se refirió a la generación de la actividad eléctrica que controla los músculos involucrados en la respiración, y señaló que actualmente es aceptado que la fase inspiratoria de la respiración es generada por una red neuronal localizada en el tallo cerebral ventrolateral, región conocida como el Complejo preBötzinger.
Destacó que la lesión de esta región del cerebro puede causar apnea; es decir, interrupción momentánea o cese completo de la respiración, dependiendo de qué tan severa sea la lesión.
La investigadora apuntó que existe una condición llamada “maldición de Ondina” o síndrome de hipoventilación central, en la que los pacientes pierden el control autonómico de la respiración, que es resultado de la necesidad de iniciar de manera consciente cada respiro.
Dijo que esto puede deberse a la mutación de un gen llamado PHOX2B o por un daño en el tallo cerebral; añadió que durante la vigilia, la ventilación (intercambio de gases en los pulmones) es normal, pero al dormir los pacientes sufren hipoventilación, es decir, baja ventilación debido a que su respiración es poco profunda.