En la arena.. El desapercibido hurgar del viento, la parda pesadumbre de los pelícanos, un ejército de temerosos cangrejos azules escarbando húmedas guaridas; las oxidadas ruedas de la carretilla del anciano vendedor de cocos, las huellas de los pálidos bañistas amanecidos que ebrios cantan, el balón de fútbol que ara un recto surco hacia la alegría de los niños que corren descalzos; las finas huellas diminutas de extraviadas gaviotas, una jauría de canes persiguiendo a una hirviente perra temblorosa, los cascos de una manada de errabundos caballos grises; los pies heridos de los pescadores que regresan a Tierra y que arrastran entre sus redes peces asfixiados, vivas caracolas y marinas estrellas; el inesperado reflujo de las olas, las saladas espumas blanquecinas; todos ellos, lentamente, sin que nadie lo note, van borrando: nuestros nombres, el corazón partido, la cruenta flecha traspasando el rojo vacío y la gota de sangre, que dibujamos en la arena. Foto de Víctor León,