- Sus efectos positivos son fertilización de suelos, valores paisajísticos y mineralizaciones; los negativos se asocian a lo peligroso de la actividad volcánica.
José Luis Couttolenc Soto..
Katrin Sieron, vulcanóloga y especialista en peligros volcánicos, ofreció la conferencia “Volcanes, ¿héroes o villanos?”, con la que inició el Seminario Institucional del cuerpo académico (CA) Volcanes, Sismos y Sociedad” del Centro de Ciencias de la Tierra (CCT) de la Universidad Veracruzana (UV).
Sieron señaló que la actividad volcánica en el país y el mundo ofrece ambigüedades que van de lo positivo –como la fertilización de suelos, la posibilidad del aprovechamiento de energía geotérmica, mineralizaciones asociados al ascenso de magma y valores paisajísticos (atractivos turísticos)– a lo negativo –que representa un peligro asociado a la actividad volcánica.
Explicó que un volcán es una estructura geológica por la que emerge el magma (roca fundida) y se debe al calor interno existente en la tierra (más de seis mil grados centígrados en su núcleo), que en su proceso de ascenso, enfriamiento y descenso, se le conoce como convección, lo cual genera movimientos denominados tectónica de placas, y en su conjunto dan paso al vulcanismo y sismos.
Detalló que en México existe una zona con vulcanismo activo (Cinturón Volcánico Mexicano) que se estrecha de costa a costa por más de mil kilómetros; este cinturón alberga decenas de volcanes longevos, entre los que se encuentran el Colima en el Occidente, el Popocatépetl en el centro y el Pico de Orizaba en el este. Además, dijo, existen miles de volcanes de pequeño volumen concentrados en campos volcánicos “monogenéticos”.
La investigadora, originaria de Dresde, Alemania, refirió que con los antecedentes que se tienen registrados es muy evidente que los volcanes y sus productos han afectado a México desde que existe la ocupación humana, y más evidentemente desde la época prehispánica.
Sobre la pregunta si los volcanes son héroes o villanos, dijo que implican ambas cosas en su existencia y actividad; indicó que en lo negativo existen peligros como flujos de lava, caída de ceniza, flujos piroclásticos, avalanchas, lahares (flujo de lodo o escombro que descienden por los flancos de los volcanes debido a la gravedad) y gases volcánicos (tóxicos).
Dijo que cada volcán es único, por lo que puede tener diferentes erupciones y fenómenos, pero existen varias formas y maneras de protegerse adecuadamente: estudiándolos para deducir su comportamiento futuro, elaborando mapas de peligro en los que se indiquen las zonas de riesgo, elaborando estudios geológicos y definiciones de escenarios en donde se simulen fenómenos de erupción y capacidad de respuesta.
De acuerdo al panorama expuesto sobre los efectos volcánicos, Katrin Sieron pidió reflexionar en torno a qué pasaría si la tierra no tuviera el calor interno (se enfriara el núcleo), causaría que las placas tectónicas dejaran de moverse y, por consiguiente, no se registraran volcanismo ni sismos.
“Aparentemente sería positivo, pero en realidad sería devastador ya que no habría dinamismo ni campo magnético, la radiación solar nos afectaría mucho y la atmósfera sería muy delgada; no queremos vivir como en Mercurio, sin atmósfera los meteoritos nos afectarían de mayor grado.”
Ante este panorama, que afortunadamente no sucederá hasta dentro mucho tiempo (ya que el núcleo se enfría a una tasa muy baja), dijo que es mejor aprender a convivir con los volcanes y quitarnos de su camino cuando se pueda para que la tierra “viva” exista durante miles de millones de años más.