De acuerdo con datos del Banco Mundial, al ritmo actual le llevaría 150 años al mundo lograr la paridad de género en ingresos. La persistencia de esta brecha de género genera pérdidas económicas de 172,000 millones de dólares,
Al presentar el estudio Igualdad de género en el sector privado: Una mirada a las empresas mexicanas, realizado por la ONU Mujeres, el Consejo Mexicano de Negocios (CMN) y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), el dirigente empresarial reconoció que en el país existe una deuda histórica con el género femenino en el ámbito laboral.
Salazar Lomelín dijo que con la llegada de la enfermedad del Covid-19 al país, la desigualdad entre mujeres y hombres en las empresas no solo quedó exhibida, sino que se amplió, debido a que muchas mujeres tuvieron que renunciar a sus puestos laborales o reducir sus horas de trabajo para dedicarse a los cuidados familiares y a la educación de los hijos en un modelo educativo con resultados aún desconocidos.
“El rol del sector privado en la respuesta a la crisis es crucial para colocar a las mujeres en el centro de la respuesta para promover una mayor resiliencia y estabilidad en el largo plazo. La igualdad de género constituye una oportunidad de acelerar la recuperación de las empresas”, consideró, por lo que abundó, 38 de 44 empresas nacionales e internacionales que participan en el programa de empoderamiento de las mujeres cuentan con estrategias para avanzar en dicho aspecto.
De acuerdo con datos del Banco Mundial, los países del planeta podrían llevar 150 años lograr la paridad de género en los ingresos; mientras que por esta brecha de género se pierden 172,000 millones de dólares.
En el contexto de la crisis por Covid-19, se recomienda establecer procesos consultivos con el personal acerca de sus experiencias con el trabajo remoto para entender efectos diferenciados de la crisis y para diseñar estrategias de balance de vida personal y laboral.
También se recomienda a las empresas abogar por la igualdad de género en las relaciones y comunicaciones de la empresa; invertir en programas y proyectos de desarrollo a nivel comunitario que promuevan la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, así como en iniciativas que atiendan la profundización de las brechas de género como consecuencia de la crisis de Covid-19.
Belén Sanz, representante de ONU Mujeres en México, destacó que la tasa de participación laboral de las mujeres fue de 39.2% durante julio, es decir, la pandemia del Covid-19 provocó una reducción de 5.8% respecto al mismo mes del año pasado.
Agregó que la población ocupada en micronegocios pasó de 9.1 millones el año pasado a 6.4 por ciento en el mismo periodo de tiempo.
La participación económica de las mujeres mexicanas es una de las más bajas en América Latina, que es de 45% contra el 77% de los varones, lo cual arroja que únicamente el 7.5% de los integrantes de los consejos directivos sean mujeres.
Foto de archivo.