• Ernesto Alonso López García es uno de los ganadores del Estímulo de Alto Rendimiento Académico. 
• Obtuvo este reconocimiento por un promedio de 9.65, el más alto de su generación. 
• Es originario de Jacales, municipio de Alto Lucero, donde el Internet falla a menudo; a veces se pierde las clases virtuales. 

Claudia Peralta Vázquez ..

Originario de Jacales, municipio de Alto Lucero, Ernesto Alonso López García, estudiante de quinto semestre de la Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (FIME) de la Universidad Veracruzana (UV), recibió el Estímulo de Alto Rendimiento Académico por su promedio de 9.65 obtenido durante los periodos Agosto 2019-Enero 2020 y Febrero–Agosto 2020. 

Cada año, la máxima casa de estudios otorga este reconocimiento con el objetivo de apoyar a los alumnos con alto desempeño académico inscritos en un programa educativo de nivel Técnico, Técnico Superior Universitario o Licenciatura. 

En esta edición, 170 estudiantes de las cinco regiones obtuvieron este estímulo tras acreditar todas las experiencias educativas (EE) en carácter de evaluación ordinaria. 

Ernesto Alonso, quien cursa la carrera de Ingeniería Eléctrica, asume este logro como un motivo para mantener su nivel de aprovechamiento, aunado a la responsabilidad de concluir la carrera y continuar sus estudios de posgrado. 

Luego de que los resultados fueran publicados en el portal de estudiantes de la UV, el pasado 9 de noviembre, el joven reflexionó en torno a que en la vida no todo es fácil, pero a base de esfuerzo los sueños y metas se pueden alcanzar y llegar muy lejos. 

Ernesto tiene cinco hermanos, ninguno de ellos quiso cursar la Universidad, sólo él, y por ello sus padres lo han apoyado en todos los sentidos, con tal de que concluya sus estudios de licenciatura. 

Cuando era pequeño, su padre le inculcó el gusto y estudio por las matemáticas, por eso, desde muy joven se inclinó hacia la ingeniería. Más tarde supo que el área eléctrica sería lo suyo, pues le entusiasma saber de su evolución e innovaciones. 

Hace dos años y medio ingresó a la UV y aunque al principio fue difícil adaptarse al cambio de escuela y de ciudad, poco a poco fue incrementando su promedio hasta el día de hoy que ha logrado ser el mejor de su generación. 

Sin embargo, el universitario también atribuyó este avance al empeño mostrado por sus maestros al momento de compartir los conocimientos en el aula. 

A pregunta expresa, señaló que no siempre hay tiempo para todo, pero cuando se habla de estudiar y realizar tareas no hay pretexto que valga con tal de ir al corriente. 

Por eso, él ha dejado de lado ciertos gustos y distracciones como el juego de futbol que practicaba todos los domingos. Ahora, invierte cuatro horas al día en sus estudios universitarios y comparte que su secreto es concentrarse y no entretenerse en otra cosa, “se debe tomar en serio el tiempo para estudiar”. 

A pesar de ello, tiene varios compañeros en la Facultad con quienes convive y también les ayuda a despejar dudas, o viceversa. 

Ahora que las clases son virtuales debido a la pandemia, para él ha sido complicado porque en la localidad donde vive son frecuentes las fallas en la conexión de Internet y se ha perdido muchas lecciones de sus maestros. 

Para él, sus padres son su principal motor y ejemplo, y precisamente a ellos les dedica este reconocimiento porque siempre lo han motivado a salir adelante, a sobresalir y superarse a sí mismo. 

“Están contentos de verme trabajar duro y sacar buenas calificaciones, intento echarle ganas para que estén felices y orgullosos de mí.” 

Su propósito inmediato es aprender un segundo idioma para realizar una movilidad internacional, ya sea en Alemania o Inglaterra, y así adquirir más conocimientos y conocer una nueva cultura. 

“A los estudiantes les diría que aunque una Ingeniería suena difícil no lo es, el secreto es estudiar y no quedarse sólo con lo que nos enseñan en las clases, sino indagar e investigar por cuenta propia, ya sea en YouTube o Internet.” 

También, dijo sentirse muy orgulloso de estudiar en la UV, pues nunca imaginó llegar a formarse en sus aulas. “Desde pequeño pasaba por la FIME y me entusiasmaba ver sus instalaciones, pero nunca pensé que algún día ahí estudiaría”.