• Omar Hurtado presentó los resultados de esta investigación para obtener su título de la Maestría en Neuroetología. 
• Es el primer estudio acústico realizado con la especie Tursiops truncatus en la región de Alvarado, Veracruz. 

Claudia Peralta Vázquez 

03/02/2021, Xalapa, Ver.- Omar Hurtado Mejorada, egresado de la Maestría en Neuroetología de la Universidad Veracruzana (UV), como parte de la línea de investigación “Biología de la conducta”, empleó la bioacústica para estudiar el comportamiento de los delfines nariz de botella (Tursiops truncatus) al interactuar con la pesca artesanal, en la región de Alvarado, Veracruz. 

Con este tema logró su título profesional de maestría, el viernes 29 de enero, a través de Zoom,  presentó los resultados de la investigación dirigida por Eduardo Morteo Ortiz y María del Carmen Bazúa Durán, investigadores del Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB) de la UV y del Laboratorio de Acústica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), respectivamente. 

“Actividad vocal y contexto conductual de tursiones que interactúan con la pesca artesanal en Alvarado, Veracruz, México”, se denomina este trabajo desarrollado en la zona, el cual determinó que la producción de fonaciones de los tursiones está influenciada por el contexto conductual en el que se encuentran; es decir, al interactuar con actividades de pesca artesanal, producen fonaciones diferentes a aquellos que no interactúan. 

“Se predice que la producción de silbidos será mayor o similar cuando los tursiones se encuentren en contextos sociales al compararse con contextos de alimentación, y mayor al compararse con otros contextos conductuales.”

Desde que cursaba la Licenciatura en Biología en la UV, Omar Hurtado siempre tuvo interés por el estudio de la comunicación del comportamiento animal en mamíferos marinos, incluso su tesis versó acerca de la producción de sonidos de manatíes. 

De hecho, fue en ese periodo cuando descubrió la importancia de la bioacústica, misma que ha permitido a los investigadores y estudiantes obtener información sobre la biología de las especies. 

 A diferencia de otros estudios conductuales, donde el investigador debe estar cerca de los animales para tomar muestras, esta ciencia no es invasiva. 

“En la bioacústica marina el sonido viaja cinco veces más rápido bajo el agua que en el aire, se pueden detectar sonidos de animales a una gran distancia, no se interfiere en sus actividades.”

Omar Hurtado refirió que gracias a esto se puede obtener información relacionada con situaciones poblacionales, diferenciación y transformación de especies a lo largo del tiempo, y de cómo se modifica la conducta de comunicación ante diferentes estímulos físicos como: la contaminación acústica, embarcaciones, tráfico y efectos de interacciones con otras especies. 

Por tanto, cada vez ha tenido mayor impacto y presencia en la investigación sobre comunicación animal. 

Aseguró que el propósito de la investigación fue generar conocimiento sobre la producción de sonidos de los animales y así comprender un poco más los procesos de comunicación entre ellos; es decir, en qué momento se producen y cómo cambian por estas condiciones. 

También, es importante poder estudiarlos a nivel poblacional de manera más específica e identificar a los animales de la zona.

“Los estudios acústicos nos permiten identificar a los animales del lugar, los residentes, y obtener descripciones de la población a nivel conductual, individual y de comunicación.” 

Durante este proceso, el egresado del Instituto de Neuroetología realizó un total de siete navegaciones en compañía de pescadores de la zona, conocedores de los lugares donde es más común el avistamiento de dicha especie. 

Como antecedente, señaló que a lo largo de los años se han reportado interacciones entre estos animales y las actividades pesqueras del lugar. 

“Se han realizado algunos estudios desde el punto de vista conductual y alimenticio para ver la adaptación de los animales al consumo de los recursos que las personas atrapan.”

Asimismo, desconocía cómo era la producción de sonidos, la comunicación y conducta durante estos eventos. 

En esos recorridos, empleó un hidrófono para captar los sonidos emitidos por alrededor de 12 manadas de entre uno y 11 integrantes, aunque se detectó que son grupos pequeños los que interactúan cada vez más con las artes de pesca. 

“El 80 por ciento de los eventos de pesca presenta interacciones con los tursiones, es muy alto el porcentaje de los animales que se acercan a las redes.” 

Posteriormente vino el análisis acústico, donde utilizó diversos softwares para el estudio de sonidos. “Ahí debe haber un rigor científico claro y sustentado para identificar los sonidos sin que influyan el criterio subjetivo”.

Como parte de los resultados, determinó que sí hay una relación de la conducta de los animales con la producción de los sonidos; por otra parte, los eventos de interacción con la pesca sí modifican la producción de los sonidos que emplean para su comunicación, como adaptación a las necesidades del momento, en este caso, para buscar alimento. 

Hurtado Mejorada precisó que, además de la generación de conocimiento, esta investigación dará paso a nuevos estudios referentes al aspecto acústico, enfocados a cómo son estos sonidos en particular y cómo cambian. 

Aunque no descartó dar continuidad a los estudios de comunicación y conducta de estas especies, destacó que este trabajo evolucionará como parte de la actividad rutinaria del Laboratorio Veracruzano de Mamíferos Marinos, coordinado por Eduardo Morteo. 

En la presentación del examen también estuvo Christian Alejandro Delfín Alfonso, investigador del IIB, así como familiares y amigos del nuevo Maestro en Neuroetología.