«En cuanto Luis Echeverría entregó la banda presidencial, José López Portillo empezó  a recibir informes  de que el ex-Presidente  llamaba por teléfono a los funcionarios para darles órdenes o hacer recomendaciones como si él siguiera mandando en el país.  Dejó incrustados en el gabinete de su sucesor  a sus elementos más aguerridos:  Augusto Gómez Villanueva, Carlos Sansores Pérez y Porfirio Muñoz Ledo. Para desmontar ese intento de «maximato», López Portillo nombró a Jesús Reyes Heroles, quien jamás perdonó a Echeverría el que lo haya puesto a elaborar el programa de su  gobierno sólo para no tomarlo en consideración». Lo escribió Armando Ayala Anguiano, en 2001, en la Revista «Contenido». Foto de archivo.