Lugar:
Fuente:
Universidad Veracruzana
  • En el marco del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, Minerva Hernández, Katrin Sieron y Liliana Domínguez externaron sus opiniones. 

 

Minerva Hernández Lozano, académica de tiempo completo de la Facultad de Química Farmacéutica Biológica-

 

Claudia Peralta Vázquez.. 

Con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, instaurado en 2016 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, investigadoras de la Universidad Veracruzana (UV) dejaron en claro que lejos de los estereotipos y brechas de género que limitan el desarrollo y las vocaciones de las mujeres en la ciencia, cada vez son más las que promueven los cambios y se apropian de la diversidad del conocimiento. 

Minerva Hernández Lozano, académica de tiempo completo de la Facultad de Química Farmacéutica Biológica (QFB); Katrin Sieron, investigadora del Centro de Ciencias de la Tierra (CCT), y Liliana Domínguez Cañedo, directora de la Facultad de Ciencias Químicas (FCQ), aun y con muchos obstáculos han contribuido al avance de la ciencia y la tecnología en ámbitos donde la incursión de las mujeres es mínima. 

Con base en datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), entre 2014 y 2016 alrededor del 30 por ciento de todas las estudiantes eligieron carreras relacionadas con ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, y menos del 30 por ciento de los investigadores en todo el mundo son mujeres. 

Al respecto, Minerva Hernández, doctora en Neuroetología por la UV e integrante del cuerpo académico (CA) Química Biomoleculardestacó que esta celebración permite cuestionarse sobre cuántas mujeres más allá del papel reproductivo participan en áreas difíciles como la técnica, que involucra además de las ingenierías, las ciencias químicasbiológicas, entre otras. 

Sobre los porcentajes plasmados por la UNESCO, manifestó que la idea es incrementarlos y alcanzar el 40 o 50 por ciento, lo cual equivaldría a que haya equidad en el mundo respecto al papel de las mujeres en esas áreas. 

En el caso de las ciencias biológicas, comentó que un QFB aborda la parte química, diagnóstico clínico, análisis de alimentos y la química pura aplicada hacia la enseñanza. 

En este campo de conocimiento ha habido mujeres reconocidas. Un ejemplo de ello es Marie Curie, quien descubrió la radiación y su aplicación en los rayos X. En 1903 y 1911 obtuvo el Premio Nobel de Física y Química, respectivamente. 

Asimismo, hay otras mujeres que también han sido pioneras en otros campos tales como: Rosalind Franklin, quien descubrió la clave para descifrar la estructura del ADN; Henrietta Leavittdeterminó un patrón entre el brillo de la estrella y su distancia a la Tierra; Esther Lederberg, pionera en el campo de la genética; Chien-Shiung Wu, participó en el desarrollo de la bomba atómica, y Dorothy Hodkin, que mapeó la estructura de la penicilina. 

En este sentido, Hernández Lozano expresó que las mujeres tienen un papel más allá del hogar, en todas las culturas a nivel mundial han tenido la sensibilidad para el cuidado de la casa, hijos, padres y administración de los recursos; sin embargo, es tiempo de repartir funciones e impulsar la paridad de género. 

También, dijo, es necesario motivar el respeto hacia las decisiones que las mujeres involucradas en el ámbito científico puedan tomar respecto a no cumplir con los roles que la sociedad les ha impuesto como madres, esposas, o hasta en su misma orientación sexual. 

“Esto ha sido tarea difícil, pero cada vez las mujeres y las niñas destacan más y se alcanzan un mayor número de espacios.” 

Manifestó que desde la infancia también se debería promover, tanto para las niñas y como para los niños, la práctica de juegos que desarrollen sus habilidades y gusto por este tipo de ciencias. 

 

Katrin Sieron, vulcanóloga e investigadora del Centro de Ciencias de la Tierra de la UV

 

Katrin Sieron cursó la Licenciatura y la Maestría en Geología y Paleontología, posteriormente completó su Doctorado en Ciencias de la Tierraorientada hacia la vulcanología, en el Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). 

Ella agradeció la libertad que desde pequeña le brindaron sus padres de decidir sobre su futuro y profesión. “No me pusieron limitantes por el hecho de ser mujer, ahora procuro inculcar a mis hijas esa misma ideología”. 

Los roles que aunado a la ciencia realiza a diario como madre, esposa y cuidadora, muchas veces no le permiten reflexionar sobre su papel en el campo científico. 

Originaria de Dresde, Alemania, e investigadora del CCT desde 2014, así como académica del programa educativo (PE) de Geografía, Katrin Sieron aseveró que su gusto por la ciencia ha sido innato, “no sabía qué quería investigar, pero me gustaba averiguar algún misterio, siempre fue el componente averiguar y saber más. 

Desde que se topó con el estudio de las geociencias, la geología y geofísica, es decir, todo lo que tiene que ver con el movimiento de las placas y estudio de la tierra, nunca se ha arrepentido de su elección, por el contrario, se ha sentido siempre una mujer realizada. 

Al principio no sabía si quería ser investigadora o docente, lo que sí es que siempre tenía ganas de aprender más. “Me gusta tanto mi profesión que no puedo soltarla, y aunque trato de equilibrar entre la familia y el trabajo, creo que por ese gusto y pasión que tengo soy buena en lo que hago, eso es lo que también transmito a mis estudiantes”. 

Por su parte, Liliana Domínguezingeniero químico de formación, con Maestría y Doctorado en Ciencias Alimentarias por la UV, reconoció a las mujeres que todos los días trabajan en los ámbitos científicos y tecnológicos. 

Expresó que en los últimos años se ha ganado un buen lugar en estas áreas, lo cual cada vez va en aumento; sin embargo, “no se trata de comparar cuántas son más o menos que los hombres, necesitamos llegar a un esquema de equidad en el que ya no haya diferencias”. 

Consideró que son las propias mujeres los mejores soportes de otras que buscan seguir desarrollándose, siempre en el respeto y las propias ideas y aportes. 

Por ese motivo, instó a las jóvenes a no alejarse de sus sueños, “que sepan perfectamente quiénes son y a dónde quieren llegar, nunca hay edad para impactar en la ciencia, en el estudio y en la superación. 

No obstante, también se refirió a los obstáculos que muchas veces las alejan de sus objetivos, sobre todo cuando hay embarazos tempranos o son madres solteras, situación que las obliga a hacer a un lado sus aspiraciones, trabajo de tesis o de investigación. 

Con respecto a esta pandemia, agregó que la etapa que actualmente enfrentamos podría ser una oportunidad para la incursión de la mujer en la ciencia y la tecnología, pues los mismos sistemas tecnológicos lo permiten. 

 

Liliana Domínguez Cañedo, maestra y doctora en Ciencias Alimentarias por la U