- Invitado por la Facultad de Letras Españolas de la UV, Taro Nagano ofreció una charla sobre la literatura de viajes, género de larga tradición en Japón.
José Luis Couttolenc Soto..
Invitado por la Facultad de Letras Españolas de la Universidad Veracruzana (UV), Taro Nagano, profesor titular del Departamento de Lengua y Literatura Españolas de la Universidad Seisen, de Tokio, Japón, ofreció una charla en la que expuso el panorama que en algunos libros presentan japoneses que han viajado a Latinoamérica, siguiendo una tendencia hacia lo lírico, emocional, descriptivo e informativo.
Durante la plática, efectuada vía remota desde Tokio la tarde del jueves 25 de febrero, señaló que la literatura de viajes es un género de no ficción en la que Japón tiene una larga tradición, “aunque no todos los viajeros escriben libros sobre sus experiencias, algunos parten con el compromiso de escribir uno”.
Taro Nagano, quien en 2018 estuvo en Veracruz, Papantla y Xalapa, precisó que muchos de los viajes no son con un fin turístico sino de aventura, siguiendo el sentimiento Fernweh (palabra alemana que significa pasión por el viaje), por el gusto de conocer otros lugares, sin saber a dónde llegar, que es lo opuesto a la palabra inglesa Homesick (sentimiento inexplicable por estar lejos de la tierra en que se nace). Otra motivación de los viajeros, dijo, es el exotismo (actitud cultural de gusto por lo extranjero).
Detalló que entre las personas que gustan por el viaje de aventura se encuentran los mochileros, de los que existen cuatro tipos: el que busca visitar cuantos países o pueblos le sea posible, el que permanece por mucho tiempo en un país extranjero, el que decide echar raíces en un lugar lejano (no migrante) y el que siempre es mochilero.
Refirió que en el periodo de 1964 a 1977 se dificultaba viajar a Latinoamérica, debido al bajo valor del yen, por lo que mochileros jóvenes empezaron a combinar trabajos a escondidas con sus andanzas por el mundo; de 1977 a 1989 la cotización del yen se elevó abriendo la posibilidad de realizar los viajes.
Refirió algunos libros en los que viajeros japoneses han plasmado sus experiencias durante sus travesías como: Aporo no zakazuki (La copa de Apolo), de Yukio Mishima (1952); Nandemo mite yarou (Voy a ver todo lo que caiga), de Makoto Oda (1961); Nonde Kutte Nete (Beber, comer, dormir), publicación colectiva de siete viajeros anónimos que escriben juntos una memoria de vagancia (1975); Opa, de Takeshi Kaiko (1978); Hi to kaze no dohyo (El hijo de sol y el viento), de Juugatsu Toi (1989.
En su exposición, el profesor de la Universidad Seisen hizo mención de las voces femeninas que han visitado Latinoamérica como Makiko Yamamoto y Keiko Yanagiya, mujeres que viajaron en otras condiciones que son relatadas en libros como Historia de Hairi y su hermano, obra que invita a la reflexión sobre la familia, la cultura y la felicidad. Sin embargo, lamentó que sean trabajos poco recordados en la actualidad.
Taro Nagano mencionó que en su trabajo, en el que tradujo al español algunos fragmentos de los libros escritos entre 1952 y 1989, “reuniendo pedazos dispersos en el tiempo”, buscó esbozar tendencias latentes en las publicaciones japonesas sobre viajes a Latinoamérica, e intentó poner de relieve las condiciones de su producción; “intento aclarar en qué circunstancias y bajo qué condiciones viajamos los japoneses a América Latina”.
Para concluir planteó las interrogantes: ¿quién viaja?, ¿a dónde viaja?, ¿qué busca?, ¿qué encuentra?, ¿de qué habla? La bibliografía resulta interminable y los libros se encuentran dispersos.
En la coordinación de la charla participó también el Seminario Permanente de Investigación de Arte y Cultura México-Japón.