- Esmeralda Alarcón Montiel, doctora en Pedagogía por la UNAM, ofreció la conferencia “Procesos de elección de carrera y sus efectos en la experiencia estudiantil universitaria”.
Claudia Peralta Vázquez..
En el último día de la primera etapa de actividades de la Expo Orienta 2021 de la Universidad Veracruzana (UV), Esmeralda Alarcón Montiel, doctora en Pedagogía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), habló de “Procesos de elección de carrera y sus efectos en la experiencia estudiantil universitaria”.
El viernes 26 de febrero, durante la plática moderada por Jessica Badillo Guzmán, académica de la Facultad de Pedagogía UV, la ponente abordó distintos aspectos de este proceso e hizo una distinción entre elección vocacional y profesional.
Asimismo, se refirió a las distintas influencias que el aspirante vive durante este proceso de elección y cómo los marcan o contribuyen, tanto para facilitarlo como para obstaculizarlo.
La Maestra en Educación por la Facultad de Pedagogía de esta casa de estudios, puntualizó que todos los estudiantes tienen condiciones particulares y distintas que intervienen a la hora de hacer una elección de cara al futuro.
Se trata, dijo, de un proceso que se vive de manera distinta y se le da la importancia que merece debido a los efectos generados a largo plazo.
“Una vez que eligen el programa educativo (PE) y logran ingresar a la universidad es cuando empieza la verdadera historia sobre los efectos que tienen nuestras decisiones, y cómo los procesos que hemos seguido para llegar ahí tienen un impacto en nuestra vida posterior ya como estudiantes universitarios.”
Esmeralda Alarcón comentó que inicialmente debe identificarse que la elección vocacional y de carrera no son lo mismo. La primera, tiene que ver con un proceso interno y continuo que se desarrolla a lo largo de la vida y empieza desde la infancia a la par de los gustos, preferencias, capacidades y habilidades; la segunda, es el proceso de carácter social y personal donde influye la vocación, pero al mismo tiempo las experiencias de vida y las figuras que nos rodean como: familia, profesores, amigos y el contexto inmediato, mismas que tienen un papel importante.
La especialista consideró que en esta elección intervienen cuatro procesos: ordenado y racional; racional no exento de dificultades; confuso lleno de incertidumbre; y azaroso y descuidado.
El primero, difícilmente se encuentra puesto que son los aspirantes que tienen claro lo que desean estudiar, no presentan conflicto ni tensión, es decir, están en el mejor escenario.
El segundo, se refiere a los que están seguros de lo que quieren, pero no están exentos de problemas, lo cual se puede deber a que tienen claros cuáles son sus gustos, preferencias, vocación, y coincide con su elección profesional; sin embargo, posiblemente no cuentan con el apoyo de la familia, es decir, el contexto inmediato y las condiciones personales no son tan fuertes para respaldar esa decisión.
El tercero, tiene que ver con los aspirantes que no tienen muy claro el tema de la vocación pues el abanico de posibilidades es inmenso; en este sentido, se recomienda responder un test vocacional, recibir apoyo de los orientadores, de la familia y buscar información al respecto.
El cuarto, describe a la persona que no toma en cuenta el proceso, ni busca el acompañamiento u orientación necesaria.
Finalmente, dijo, está el proceso en el que el joven aspirante elige por vocación con base en sus habilidades y capacidades.
Lo anterior tiene dos vertientes: el que la familia esté de acuerdo o no, lo cual origina, en el primer caso, que el joven se oriente, informe, busque alternativas y tome decisiones; o que haya tensión entre padres e hijos en la búsqueda de una opción viable.
Un segundo motivo es el prestigio social y utilidad en el mercado laboral, donde generalmente se hace una elección profesional sobre la vocacional, se piensa en el futuro y en la certeza económica, además de que suelen elegirse carreras profesionalizantes.
Otro de los motivos que acompañan este proceso es continuar los estudios sin importar qué. Aquí lo que se observa es la falta de un proyecto de vida, y la elección se da entre las prisas y el azar.