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Milenio

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Los números por sí solos reflejan un avance en la lucha por la paridad política entre ambos sexos, pero todavía existen rubros donde las costumbres políticas no permiten un acceso total a las mujeres.

RAFAEL LÓPEZ MÉNDEZ

La presencia de mujeres en cargos de elección popular creció 71 por ciento en los últimos cinco años y con ello casi se pudo alcanzar la paridad de género en las Cámaras de Diputados y de Senadores, así como en algunos Congresos locales; sin embargo, se mantiene una importante brecha con los hombres en las presidencias municipales y gubernaturas.

Una revisión hecha por MILENIO a los registros locales, estatales y federales sobre cargos de elección popular, da cuenta de que actualmente mil 385 mujeres encabezan una alcaldía u ocupan un escaño, lo que representa un incremento de 576 puestos públicos obtenidos mediante el voto de la ciudadanía, respecto de 2015.

Los números por sí solos reflejan un avance en la lucha por la paridad política entre ambos sexos, pero todavía existen rubros donde las costumbres políticas no permiten un acceso total a las mujeres. Un ejemplo de esto son los gobiernos municipales, donde solo una de cada cinco alcaldías es dirigida por una mujer actualmente.

Nancy Gómez Vargas, presidenta municipal de Chicoloapan, Estado de México, señaló que el camino para ser alcaldesa fue muy difícil, “sobre todo en mi municipio que tiene fuertes costumbres y un arraigo muy fuerte hacia el género masculino en el tema de la política”.

“Desde el momento del proceso de la candidatura fue un shock fuerte en temas culturales porque todos estaban acostumbrados a que fueran hombres con ciertos años y con un arraigo fuerte en el municipio”, cuenta Gómez Vargas, de 34 años.

Gómez es una de las 536 presidentas municipales que actualmente ejercen en el país y declaró que lo más difícil de gobernar como mujer “es demostrar en todo momento que tienes la capacidad y el conocimiento necesario para estar en el cargo (…) y con las propuestas que presentamos desde una visión femenina la gente poco a poco va aceptando y reconociendo que las mujeres somos pieza clave de la política”.

Cargos totales

Hasta 2020 se contabilizaban 4 mil 251 puestos de elección popular totales, de los cuales 32.6 por ciento son ocupados por mujeres. A pesar de que todavía no se alcanza una representación equitativa entre ambos sexos, se observa una mayor presencia femenina en la vida pública del país, pues en 2015 el porcentaje de participación femenina solo era de 18.8 por ciento.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) señala que la paridad política “es necesaria para que las mujeres contribuyan a la toma de decisiones que afectan sus vidas y se beneficien del proceso de la democracia” y destaca que en México se ha logrado un mayor número de mujeres electas para las Cámaras de Diputados y Senadores, con lo que ha alcanzado una proporción más equitativa entre hombres y mujeres.

Los archivos históricos de San Lázaro revelan que en los primeros años de este siglo sumaban 118 diputadas federales y para 2015 esa cifra subió hasta las 199 curules. Actualmente las mujeres cuentan con 241 lugares en la Cámara de Diputados, lo que representa un incremento de casi el doble en lo que va del siglo.

En lo que respecta a las diputaciones locales, las mujeres han alcanzado casi una paridad de género al controlar 48.5 por ciento de las mil 120 curules disponibles en los Congresos estatales, mientras que en 2015 solo ocupaban 34 por ciento.

Para las elecciones del 6 de junio se aproxima la posibilidad de que por primera vez las mujeres sean mayoría por encima de los hombres, ya que el Instituto Nacional Electoral aprobó que, para la reelección de diputados, los partidos políticos garanticen, por encima de otro derecho, la paridad de género.

Incluso, en los próximos comicios las mujeres encabezarán tres de las cinco listas por circunscripción electoral y deberán postular a mujeres indígenas en por lo menos 21 distritos electorales por el principio de mayoría relativa.

Otra situación favorable para las mujeres se ha presentado en el Senado de la República, donde actualmente 63 mujeres ocupan un escaño, lo que representa 49.2 por ciento de los 128 lugares que conforman la cámara alta. En esta cámara se ha presentado un incremento todavía mayor, ya que desde 2004 el número de senadoras ha aumentado en 167 por ciento y en el último lustro el aumento fue de 28.6 por ciento.

Cuenta pendiente

Además de los municipios, las gubernaturas son otro aspecto por mejorar en la paridad de sexos, pues actualmente de los 32 estados, solo en dos hay una mujer al mando: Claudia Sheinbaum, en Ciudad de México, y Claudia Pavlovich, en Sonora.

Para reducir la brecha en puestos públicos, la ONU señala que “la democracia paritaria propone un nuevo modelo de un estado inclusivo, tal como lo propone la Agenda 2030, y un nuevo pacto social donde la igualdad sustantiva entre hombres y mujeres sea una realidad”.

En ese esquema, la mayor participación de la mujer en la política aumentaría la calidad y legitimidad democrática, establecería una igualdad real en el acceso al poder a nuevas leyes y políticas; y, sobre todo, se lograría una transformación en las relaciones de poder, lo que contribuye a generar nuevos roles y prototipos de mujeres, distintos de los tradicionales.

Foto de archivo.