Por un empoderamiento económico de la mujer

No se logrará la igualdad jurídica, sino existe igualdad económica

Milton Friedman

Premio Nobel de Economía

 

La presente columna parte de la máxima de que “Cuando el número de mujeres ocupadas aumenta, las economías crecen”.

Este 8 de marzo de 2021 se conmemora la lucha por la reivindicación de los derechos de las mujeres.

En México, las mujeres representan 51.7% de la población total. La tasa nacional de participación económica, es decir la Población Económicamente Activa (PEA) (las personas que trabajan o buscan activamente un empleo, aunque se encuentren desocupadas) como porcentaje de la población total, es de 60.1%.

Sin embargo, destaca que la tasa de participación de las mujeres es únicamente 44.7% frente a una tasa de 77.2% de los hombres. Al cierre de 2019, la tasa de informalidad en mujeres fue 57.6%, mientras que la correspondiente a los hombres fue 55.3%.

La tasa de ocupación en el sector informal —que mide la proporción de personas que trabajan en empresas o actividades informales— de las mujeres es 29%, mayor a la observada en los hombres que es 26.4%.

Es importante señalarlo porque a casi un año del confinamiento, se ha agudizado el retroceso en muchos de los logros obtenidos en materia de género en los últimos años, el tema laboral no ha sido la excepción, aunque antes de la pandemia ya había diferencias en la brecha de género, previo al  2020, solo el 45% de las mujeres mayores de quince años contaban con un trabajo o estaban en búsqueda de uno, sin embargo, la COVID-19 borró el pequeño avance de los últimos quince años.

El empleo de las mujeres es de los más golpeados, y se calcula que el retroceso será de 10 años, hay que agregar que el 57% de las mujeres que trabaja lo realiza por su cuenta y en la informalidad, y que la diferencia de salarios con respecto a los hombres es del 12% se calcula que por cada 100 pesos que gana un hombre una mujer gana 88 pesos.

El deterioro aumentó por el cierre de actividades que golpearon a los sectores en los cuales las mujeres suelen trabajar como el de los servicios en el turismo o autoservicios, además de que las mujeres siguen siendo las encargadas principales de los trabajos en casa, mismos que aumentaron con el cierre de las escuelas y de las oficinas, por la necesidad de cuidar a otros miembros de la familia.

Un estudio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU-Mujeres) señala que las mujeres dedican entre 1 y 3 horas más que los hombres a los trabajos del hogar y entre 2 y 10 veces de tiempo diario a cuidado de los hijos, personas mayores y enfermas.

De acuerdo con el estudio Women Matter de McKinsey, las mujeres, que representan 50% de la población mundial, generan 37% del Producto Interno Bruto (PIB) global. La distribución regional varía, por supuesto, Valeria Moy Economista del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) menciona que, en Europa, la contribución de las mujeres al PIB ronda 38%; en Estados Unidos se acerca al 41% y en América Latina fluctúa alrededor del 33%. El 75% del trabajo no remunerado a nivel global es realizado por mujeres.

De los graduados universitarios, solo 25% de las mujeres llegan a ocupar puestos directivos. A nivel global, hay 655 millones de mujeres menos que hombres en el mercado laboral.

De acuerdo a McKinsey, en el sector privado el porcentaje de mujeres va disminuyendo conforme aumentan los niveles de jerarquía. A pesar de que el 37% del nivel de entrada son mujeres, solo el 10% de los comités ejecutivos y el 8% de las direcciones generales tienen representación femenina.

Por eso, más allá de las acciones afirmativas que se puedan celebrar en términos jurídicos e institucionales, cabría confeccionar instituciones que estimulen incorporación del talento femenino, mismo que debe ser una estrategia para aminorar los efectos económicos de la pandemia y acelerar la recuperación.

Ya que, si bien en México la tasa de participación económica de las mujeres fuera la misma que la de los hombres, se podrían generar hasta 810 mil millones de dólares adicionales en 2025, equivalentes al 70% del PIB nacional, con lo que se lograría a acortar la brecha de género e incrementar la participación de las mujeres en el mercado.

Lo anterior es sumamente revelador, porque a pesar de que el salario diario promedio reportado por el Instituto Mexicano Seguro Social (IMSS) ha ido aumentando paulatinamente a través de los años, el salario en los hombres se ha mantenido por arriba del de las mujeres.

Al acortar la brecha de género e incrementar la participación de las mujeres en el mercado, se alcanzarían a mayor velocidad muchas de las legítimas demandas de las mujeres, además de una libertad efectiva y duradera.