La esfinge, los acertijos. – “Cuauhtopile”, bastón, báculo. – Los viejos – Guanches canarios. “Cuachos”. – Gallegos, yucatecos, chalmeros. Desde que era yo muy chiquillo, aún antes de aprender a leer y escribir, tenía gracias al viejo e inocente entretenimiento de las adivinanzas puebleras, ingenuas, pedestres, de un pintoresquismo acendrado, noción de una en particular, oída de labios de mi madre, profesora normalista, “rara avis” en aquel mundo rural, aislado, desconectado material y culturalmente del resto del mundo, donde crecí feliz. Se trataba de uno de los acertijos que la esfinge ponía a los viajeros, que si no acertaban en la respuesta eran castigados por esa fantástica entidad incomprensible y malhora … ¿cuál es el animal que camina primero en cuatro patas, luego en dos y después en tres?… “chingao” el hombre, …de niño gatea, en su edad y su fuerza usa dos patas para caminar y correr, y de viejo necesita un apoyo para moverse y no caer… un bastón. En mi tierra ( huasteca veracruzana) el bastón es nombrado en nahua de esa zona que es como un dialecto del náhuatl clásico del centro del país, “cuauhtopile” literalmente sirviente de palo, ayudante de madera, mozo; viene de topil, “topile”, que es exactamente eso, el más modesto de los sirvientes… Encuentro ese nombre con una clara, muy gráfica y descriptiva connotación; en efecto eso es para los viejos o lisiados y débiles, lastimados o baldados que lo necesitan. Los hablantes de español, “la gente de razón” le dicen además de bastón, bordón. En ese caso tiene la empuñadura curvada y llega más o menos hasta la mitad del muslo del lado en que se emplee. Cuando tenía 70 años tuve que usar por primera vez un “bordón”…me empezó a doler fuertemente la rodilla por la parte interior (el lado de adentro) y un eminente traumatólogo de Xalapa, el Dr. Arturo Flores García, me diagnosticó tecitis, que es, me parece, inflamación de un tendón, me prescribió algunos fármacos y el uso de bastón del lado opuesto al del dolor. Me hice entonces unos cuauhtopiles de guayabo y huizache del patio de mi casa en “la Pitaya” , Coatepec… al tiempo, como a mis 80 años, me “retoñó” la molestia del otro lado y además un dolor de cadera, me dijo entonces mi traumatólogo que se trataba de coxoartrosis y dándole la vuelta con gran ética profesional que le agradezco a una solución quirúrgica, me mandó algunas otras medicinas y el uso de bastón. Para entonces ya tenía yo varios cuauhtopiles de café, más largos, a la altura de la cadera y con empuñadura de ángulo abierto; algunos de ellos regalos de mis amigos de Zoncuantla, viejos como yo y conocedores de esos achaques. A estos los llamo báculos por el nombre de los pequeños cayados que usan algunos viejos dignatarios o guías religiosos (como Moisés), o jóvenes malhechos como el faraón Tutankamen con disfunción ambulatoria, en cuya tumba hallaron decenas de ellos… ciertamente los báculos son más seguros, en mi caso, que los bastones. A la fecha, vivo mi año 82, uso todavía más altos y seguros que se empuñan al frente a la altura del pecho. En mi rancho a éstos les dicen “vara de viejo” o “espanta perros” … lo que no puede ser más preciso y real. Hace años leí en un libro del maestro Juan A. Hasler sobre etimos latinos , griegos y nahuas que lamentablemente no tengo a la mano, báculo venía de una vieja raíz latina (cito de memoria) que quería decir algo como báscula, equilibrio baculus… de allí incluso imbécil – in baculus- “sin equilibrio”, que no está firme, tonto, trastabillante… En otros lugares del mundo usan “superbáculos” verdaderas garrochas, pértigas, para realizar otras actividades de trabajo, solo pueden emplearlos personas jóvenes vigorosas, es el caso de los actuales canarios, habitantes de las islas Canarias, que tienen además un lenguaje de silbos, que yo consideraba único y que al estar escribiendo estas líneas me aclara mi hijo Ernesto “el Pollo” Flores Lomán, con abundantes datos, que lo practican en más de 70 grupos bien identificados. Señaladamente aquí en México los chinantecas de la sierra alta de Oaxaca, lo acredita una acuciosa investigación del académico norteamericano David Yetman, en San Pedro Sochiapan, pueblo neblinoso donde la gente se comunica asombrosamente bien a chiflidos entonados de los que ha obtenido gráficas electrónicas sorprendentes; y que supone que desaparecerá como lenguaje en 10 años más. Otro trabajo del lingüista y neurocientífico Julien Meyer, aporta datos sobre algo similar entre los Hmong, pueblo de las faldas del Himalaya que incluso lo usa para el cortejo amoroso a distancia y sin verse. Igual en el “pueblo de los pájaros” en la aldea turca Kuskoy en la región del mar negro. También ocurre entre los Inuits (pescadores esquimales), los bereberes del norte de África y otros grupos de pescadores y habitantes de los bosques, la mayoría donde se hablan lenguajes tonales… volviendo a los guanches, al uso de grandes palos y “chiflidos” los obliga la orografía.