- Investigadores y académicos, estudiantes y comunicadores expresaron su pesar por la partida de Manuel Martínez Morales.
Karina Reyes y Carlos Hermida..
El 18 de marzo, la rectora de la Universidad Veracruzana (UV), Sara Ladrón de Guevara, informó a través de sus redes sociales el fallecimiento de Manuel Martínez Morales, “entusiasta científico, incansable en su labor de difusión de la ciencia”, quien se desempeñaba como director de Comunicación de la Ciencia y de la revista La Ciencia y el Hombre en la institución.
Las condolencias, y expresiones de gratitud al llamado cariñosamente “Mané”, a través de las redes sociodigitales fueron significativas, copiosas e hicieron notar el incalculable luto en la comunidad universitaria por la partida de esta personalidad.
Centros de investigación, facultades y direcciones administrativas expresaron su pésame; asimismo, funcionarios universitarios y comunidad académica, a título personal, expresó su sentir por la partida del físico-matemático, filósofo, poeta, maestro de vida.
“Mi jefe, compañero y amigo ha partido. Su alegre sonrisa, su curiosidad de infante, su crítica a la injusticia y su calidez siempre nos acompañarán”, fue parte del mensaje que compartió Beatriz Torres Beristain, de la Dirección de Comunicación de la Ciencia y coordinadora de la Maestría en Educación para la Interculturalidad y la Sustentabilidad del Instituto de Investigaciones en Educación.
“Lamentable pérdida tiene la ciencia y la divulgación de la ciencia en nuestro país. Buen viaje querido amigo”, escribió Citlali Aguilera, coordinadora de la Maestría en Estudios Transdisciplinarios para la Sostenibilidad, adscrita al Centro de EcoAlfabetización y Diálogo de Saberes.
En entrevista, Elvira Morgado Viveros, investigadora y catedrática de la Facultad de Biología, recordó que Manuel Martínez fue pionero en la divulgación de la ciencia dentro de esta casa de estudios, así como en fomentar su pertinencia social.
La académica aseguró que el investigador fue un gran científico que no sólo trascendió en el ámbito de las matemáticas y la inteligencia artificial, sino por su acercamiento con mucha gente gracias a su vocación por divulgar la ciencia.
Enfatizó que siempre tuvo la iniciativa de acercar la ciencia a la sociedad, ya que afirmaba que ésta requería de pertinencia social para tener sentido; fue impulsor del Diplomado en Comunicación de la Ciencia de la UV, donde impartió el módulo de “Ciencia y sociedad”, en el que gustaba le llamaran “Mané”, y de convertir a los estudiantes en sus amigos; siempre lo caracterizó su amor por el arte y la música, así como un gran sentido del humor que estuvo con él hasta sus últimas horas.
En sus palabras, Manuel Martínez dejó el legado de que la ciencia debe estar al alcance de todos, y que se debe priorizar su llegada a quienes menos acceso tienen a ella.
“Mané siempre fomentó que a los trabajos científicos se les encontrara un sentido de pertinencia social, y que se descubriera a quién pertenecía el conocimiento para hacer el esfuerzo de acercárselo.”
Para ella, el legado de Manuel Martínez no se detendrá, ya que los divulgadores científicos que le conocieron ahora tienen un motivo más para realizar su labor, que es honrar el paso de este gran ser humano por la tierra.
El académico e investigador Guillermo de Jesús Hoyos Rivera, adscrito al Instituto de Investigaciones en Inteligencia Artificial y la Facultad de Matemáticas, fue testigo del desempeño de Manuel Martínez Morales en diversas etapas, al convivir con él como su alumno, subalterno y colega.
Lo conoció en los primeros años de la década del 90, cuando Martínez Morales impartía cátedra en la Facultad de Informática, y el primer contacto directo fue en 1994, como su alumno en la Maestría en Inteligencia Artificial (MIA). Ahí empezó a forjarse la relación de familiaridad y confianza que devino en una buena amistad y continuó hasta el deceso del investigador y divulgador de la ciencia, quien apenas el nueve de marzo pasado le envío el número más reciente del suplemento científico que coordinaba, El Jarocho Cuántico.
“Como profesor me sorprendió por su bondad, en términos académicos; solía dar mucha confianza al estudiante y al potencial de éste. No le gustaban los esquemas ni los modelos cuadrados, era muy abierto. Se ganó todo mi respeto y admiración desde el principio”, rememoró.
Poco tiempo después asumió la coordinación de la MIA y nuestro entrevistado formaba parte del cuerpo docente de la misma. Entonces tuvo la oportunidad de experimentar esa otra faceta de su mentor, ahora como responsable del programa académico, y atestiguó algo más por lo que destacaba y será recordado: el impulsar a la gente a “ir más allá y hacer cosas extraordinarias, mostrando plena confianza en la vocación y el espíritu de las personas”.
Y a últimas fechas, ya como Director de Comunicación de la Ciencia, pudo colaborar con él en la codirección de tesis y tener un trato de colega a colega.
“Al mismo tiempo que era muy gentil y bondadoso con toda la gente, siempre me pareció que Manuel tenía un espíritu rebelde que no se ceñía a los modelos rígidos que no dejan que la mente se despierte, goce y disfrute del conocimiento”.
Además de ser un investigador que “buscaba hacer ciencia con sentido humano”, lo describió como un hombre con una gran fortaleza, que impuso su sonrisa y quehacer a cualquier condición médica y padecimiento. Muestra de ello es que “se mantuvo activo hasta el último momento y no se dejó amilanar por la enfermedad”.
El pesar, naturalmente, trascendió más allá de la esfera universitaria, pues comunicadores y medios de comunicación en sí expresaron su sentir.
“Se apaga la Ciencia Luz; muere Manuel Martínez Morales;”, fue el título de una nota escrita por la periodista Celia Gayosso para el Diario de Xalapa, donde se desempeñó como editorialista por más de dos décadas y director de la página Ciencia y Luz, que desde el 6 de enero de 2014 se publicaba ahí también.
“Luto en la ciencia y la poesía veracruzana. Gracias siempre querido Mané”, expuso la comunicadora Isela Pacheco. En el mismo tenor se expresó la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia, la asociación civil Sendas, y un nutrido número de personas de diversas esferas.