O lo que es lo mismo, nunca hay que decir de esta agua no beberé (porque en una de esas nos podemos ahogar). Es que miren, y otra vez me veo en la imperiosa necesidad de echar mano de las sabias consejas del refranero popular universal, no cabe duda que más pronto cae un hablador que un cojo, y es que el que esto escribe creció, al menos desde que tengo memoria, en un ambiente musical impregnado de grupos, bandas y rolas en idioma inglés: The Monkees –de este grupo había hasta una serie cómica caricaturizada que distribuía en forma de cuento la Editorial Novaro y un programa televisivo como de aventuras- The Archies –que también tenían tira cómica en cuento y en caricatura televisada-, los Union Gap, Procol Harum, los mismos The Beatles, The Platters, Andy Williams –que se escuchaba mucho en casa-, Paul Anka, los Credence Clearwater Revival y Louis Armstrong. Sí se escuchaban a Los Panchos, a Marco Antonio Muñiz, a a Enrique Guzmán, a Alberto Vázquez, a César Costa, Massiel y a Raphael, pero párele de contar. Había por supuesto otros cantantes en el ambiente musical de los 60, famosos y muy populares también, pero que yo alucinaba, como que les hacía el fuchi, como por ejemplo Rosario de Alba (la Chayito famosa que compartía pantalla con el Tío Gamboín y Chabelo, y que después fue esposa de Napoleón), Roberto Jordán, Estelita Núñez, Hilda Aguirre, Monna Bell y los argentinos Sandro, ‘Palito’ Ortega y Leo Dan. Eran los años de la revistita, porque era una especie de cuadernito como de 10 por 10 centímetros, ‘Notitas musicales’, el que escribe ha de haber andado por los 5 años. Pero cómo cambian las cosas, mi nieta (Emilia Sofía González de Jesús), que acaba de cumplir 6 años, pues resulta que su canción preferida, y que además canta como los mismos ángeles, es nada más y nada menos que ‘Cómo te extraño mi amor’ (1964), y lo que son las cosas, y con esto cierro, me parece una canción hermosísima, un canto al amor, al igual que ‘Te he prometido’, ‘Mary es mi amor’ y ‘Esa pared’ canciones contemporáneas de la primera,  del gran Leo Dan. Prometo nunca volver a renegar de nadie y de nada, lo juro por lo que más quiero que es mi hermosa nieta. Por ésta. Lo escribe Marco Aurelio González Gama, directivo de este Portal.