- Alan Monroy Ojeda desarrolla la investigación “En busca de las últimas águilas harpías de México: conservación del depredador de dosel del neotrópico”.
- La conservación de esta especie favorece la preservación de largas porciones de selva.
Paola Cortés Pérez..
Alan Monroy Ojeda, estudiante de la Maestría en Ecología Tropical que imparte el Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) de la Universidad Veracruzana (UV), recibe apoyo de la International Bird Conservation Partnership (IBCP) para desarrollar el proyecto de investigación “En busca de las últimas águilas harpías de México: conservación del depredador de dosel grande del neotrópico”.
En entrevista para Universo, el estudiante universitario dijo que originalmente aplicó con su proyecto de investigación para recibir el Premio Internacional Beingolea Raptor Research Grant, en el que obtuvo el segundo lugar. El IBCP vio su propuesta y sin aplicar le otorgaron el premio.
“Este premio representa un reconocimiento al esfuerzo personal y colectivo de todas las personas que estamos involucradas en la investigación y conservación del águila harpía y su hábitat. Desde las personas locales hasta el grupo de investigadores y organizaciones involucradas.”
A nivel personal, dijo, es una confirmación de que va por el camino correcto en la búsqueda de conservar el legado natural de México y tratar de incidir en la transformación cultural de la sociedad, a fin de construir un mundo resiliente y sustentable.
El águila harpía es un depredador tope de las selvas lluviosas del neotrópico; cada pareja reproductiva ocupa un extenso territorio selvático –en buen estado de conservación– para subsistir, y dadas sus características biológicas se considera un bio-indicador, es decir, su presencia y ausencia indica el buen o mal estado de conservación de la selva en cuestión.
“La importancia de trabajar con esta especie radica en que la investigación y –principalmente– la conservación del águila harpía comprenden la preservación de largas porciones de selva, esto beneficia a la multitud de especies que subsisten en los espacios biodiversos. Es una especie sombrilla, además de ser considerada especie bandera, por su carisma.”
Águila harpía, símbolo de las culturas indígenas
El águila harpía (Harpia harpyja) es una de las rapaces más pesadas y poderosas del mundo, habita el dosel de las selvas neotropicales desde el sur de México hasta el noreste de Argentina. Es una especie rara y tiene una baja tasa de reproducción, generalmente se reproduce cada dos a tres años y produce sólo una cría por esfuerzo de anidación.
Alan Monroy dijo que se interesó en esta especie por los relatos que le contó su abuelo materno, los cuales lo inspiraron sobre la belleza y majestuosidad del águila harpía.
“Saber desde pequeño que una de las aves rapaces más grandes del mundo se encontraba en México de alguna manera influyó determinantemente mi futuro.
”Ya siendo un profesional y habiéndome dedicado a la investigación de especies amenazadas, entre ellas varias especies de águilas neotropicales, me lancé en 2016 a la búsqueda del ave rapaz más rara de México con el respaldo de varias organizaciones conservacionistas. Desde entonces he estado inmerso en su búsqueda y conservación.”
Dentro de los límites de su área de distribución, especialmente en el sur de México y el norte de Centroamérica, las poblaciones se han reducido drásticamente por la caza excesiva y la fragmentación de los bosques.
La noción entre la comunidad científica es que el águila harpía se encuentra extinta/extirpada a nivel nacional, dado que durante el último siglo sus poblaciones han sido diezmadas por la deforestación y otros impactos humanos.
“Las buenas noticias son que nuestra investigación ha demostrado que aún quedan individuos de esta águila en México; sin embargo, se encuentra en un estado crítico de extinción con la presencia de pocas parejas a nivel nacional. La pérdida y fragmentación de las selvas son las causas principales de su desaparición.”
Por otro lado, mencionó que esta especie ha sido históricamente un símbolo de importancia de las culturas indígenas del neotrópico; a la fecha mantiene una importancia cultural que debe ser conservada junto con el legado y conocimientos tradicionales.
“Curiosamente, la conservación del águila harpía y de las selvas depende en gran medida de los hábitos de consumo de las poblaciones urbanas.
”Por ello, debemos hacer consciencia de los alimentos (carne, aceite de palma) y las maneras de producción que están acabando precisamente con las selvas; que el consumidor final seleccione alimentos producidos bajo sistemas sostenibles, tiene una repercusión importante en las especies.”