A la izquierda, José (Josep 12/11/1907), y Antonio Barges Barba (Antoni, 18/12/1901). Ambos nacieron en Cataluña, España, el primero en Barcelona y el segundo en Gerona.. Estos dos hombres, unos gigantes de la educación, son los responsables de mucho de lo que sé de México y del mundo. El segundo de ellos abrió mi mente a la épica Historia Nacional, al conocimiento de la arqueología prehispánica monumental de México, y me enseñó también a que cuando había que llorar por los héroes que nos dieron patria, había que hacerlo, con todo el llanto y henchido de orgullo como mexicano. Nos enseñó a cantar el Himno Nacional con todas sus letras, de manera respetuosa y solemne. Por el contrario, Pepe, el de sexto año, cada día de clase nos descubrió el mundo ignoto a sus imberbes alumnos, desentrañando las rutas y los vientos que llevaron a los grandes navegantes y descubridores de la antigüedad inexplorada, nos enseñó igual que cada pedazo de mar y de los grandes océanos tiene un nombre, un descubridor o leyenda que lo sustenta: el mar de los sargazos, el mar de las Antillas, el mar Pacífico, el mar Atlántico, el estrecho de Bering, el mar Mediterráneo, el mar del Norte, los vientos alisios y el viento del Levante. Las clases con ambos estaban llenas de la luz del conocimiento. Los dos han sido de los más grandes faros que he tenido en mi vida. Cada día que pasa me acuerdo más de ellos y doy gracias a la vida por habérmelos puesto en mi camino. La fotografía me la compartió el arquitecto Mauricio Arredondo Álvarez. Lo escribe Marco Aurelio González Gama, directivo de este Portal.