- El académico Jaime López Domínguez impartió conferencia magistral en las Olimpiadas Universitarias de las Facultades de Ciencias Químicas de la Universidad Veracruzana.
“Muy pocas veces hemos notado cómo necesitamos la colaboración del conocimiento científico y desarrollo tecnológico; cómo entraron en acción para sobrellevar esta pandemia un sinnúmero de profesionales, no sólo hablando de biotecnología, también médicos, enfermeros, químicos, incluso los agricultores que seguían abasteciendo de alimentos; esto nos mostró que necesitamos realizar estas colaboraciones”.
David Sandoval Rodríguez..
Con la llegada de la pandemia de Covid-19, el papel de la biotecnología se ha hecho más presente en la sociedad y es su perfil multidisciplinario lo que permite avances como la vacuna que ya se está aplicando, señaló Jaime López Domínguez, de la Facultad de Ciencias Químicas y de los Laboratorios de Docencia, Investigación y de Servicios (Ladiser) de la región Orizaba-Córdoba de la Universidad Veracruzana (UV).
El académico impartió la conferencia “La biotecnología en la biomedicina, buscando soluciones a enfermedades”, en el marco de las actividades de las Olimpiadas Universitarias de las Facultades de Ciencias Químicas que se realizaron los días 26 y 27 de abril.
“Es evidente que con la situación actual, de la pandemia, cada vez necesitamos más investigación y soluciones a enfermedades que van generándose”, puntualizó.
Definió a la biotecnología como “toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos, es decir, organismos vivos o cualquiera de sus derivados, para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos”.
López Domínguez recalcó que la biotecnología era una carrera relativamente nueva hace unos años y ahora es una carrera de alto impacto en varias universidades.
“Una de las características principales, y que deben tener en cuenta los alumnos, es que la biotecnología es multidisciplinaria”, precisó; “ustedes pueden interactuar en muchas áreas laborales, de investigación, académicas, en muchos sentidos, y esto es lo que la hace tan diversa”.
Detalló que a partir de esta diversidad se han propuesto distintas categorías para definirla como la biotecnología “roja”, que hace referencia a las cuestiones de salud; la biotecnología “blanca”, que se enfoca a la industria; la biotecnología “azul”, enfocada a fármacos y principios activos que se encuentran en los lechos marinos; la biotecnología “gris”, que aborda la conservación del ambiente y la eliminación de contaminantes.
También existe la biotecnología “dorada”, que se relaciona con la informática y los desarrollos de investigación en salud.
El académico se enfocó en la biotecnología “roja” y abordó el tema de la vacuna contra la Covid-19, que consideró como “una alternativa para contrarrestar las infecciones que nos han atacado desde hace años, aunque no es la primera pandemia”.
Muy pocas veces la sociedad había esperado un desarrollo científico y tecnológico con tanto apuro, apuntó López Domínguez.
En 11 meses y 10 días se logró el desarrollo de una vacuna y ésta fue notoria porque es la primera que entre sus componentes tiene un ácido nucleico.
“Muy pocas veces hemos notado cómo necesitamos la colaboración del conocimiento científico y desarrollo tecnológico; cómo entraron en acción para sobrellevar esta pandemia un sinnúmero de profesionales, no sólo hablando de biotecnología, también médicos, enfermeros, químicos, incluso los agricultores que seguían abasteciendo de alimentos; esto nos mostró que necesitamos realizar estas colaboraciones.”
Señaló que anteriormente el tiempo récord para desarrollar una vacuna era de 13 meses y al día de hoy, debido al conocimiento de los ácidos nucleicos y el avance de tecnologías, se ha podido concretar a mayor velocidad.