Tuve la oportunidad de estar nuevamente con el gran Pepe Maya en su casa-estudio de Xico, y fue una excelente oportunidad para acercarme una vez más a su vastísima obra pictórica que, en su caso, es casi toda de caballete, admirarla, deleitarme con ella y constatar que, al menos, por el momento, no he perdido aún la capacidad de asombro. En el tiempo que no había vuelto a la casa de Pepe, esta ha cambiado algo, sus maravillosas “patas de elefante” cada vez están más gigantescas en su jardín, se ven como viejos mastodontes del jurásico, muy bellas, impresionantes por su gran tamaño, y ahora cuenta con una bóveda (sala-estudio) que hace aún más evidente el particular el estilo xiqueño de su casa, así como un horno de leña de tabique estilo italiano, obra del estilista de la pizza, el chef Giovanny Pippia. En este rincón, Pepe aprovecha sus espacios de asueto para preparar cocina de altura e invitar a degustar buenos tintos a su familia y amigos. Total que regresar a la casa de Pepe es volver a encontrarse con sus temperas, con el multicolor de sus lienzos en donde siempre están presentes los azules en sus diferentes tonalidades, así como una nueva etapa artística en donde aparecen lagartos y gallos, entre otra fauna misteriosa. Lo escribiò, hace unos cuatro años, Marco Aurelio Gonzàlez Gama, directivo de este Portal