¿Sabía usted que Sebastián Lerdo de Tejada sólo veía de frente a su interlocutor al momento de saludar y al momento de despedirse. Y que el resto del tiempo tenía la mirada fija en el suelo? Eso publican en «Xalapa Antiguo, análsiis y opinión» en la que muestran su estatua mandada a colocar por el gobernador Juan de la Luz Enríquez y tallada por el escultor tlacotalpeño Francisco Sánchez Terán. Cuando vio la estatua Porfirio Díaz, expresó: «ëste fue padrino de bautizo de doña Carmen Romero Rubio». La reprografía es de Oscar Hernández.