Alejandro Porcayo de 21 años, viajaba en los dos últimos vagones que se desplomaron sobre Av, Tláhuac. «En el momento que caía dije: hasta que aquí llegué». Al caer, se encontraba atrapado en el tren y salió como pudo por una de las puertas destrozadas. Traía apuntado el número telefónico de su mamá, Perla Bedoya, y uno de los voluntarios le llamó a ella para avisarle. Perla salió inmediatamente a buscarlo. Corrió por Av. Tláhuac desesperada por encontrarlo, hasta que finalmente lo logró. El abrazo entre madre e hijo fue inevitable y esperanzador. La nota y foto es de Perla Betancourt en «Milenio».