«Quiero saber lo que saben», explicó ella. Sus compañeros de destierro de la Comuna de París le advirtieron que esos salvajes no sabían nada más que comer carne humana. -«No saldrás viva,» le dijeron. Pero Louise Michel aprendió la lengua de los nativos de Nueva Caledonia, y se metió a la selva y salió viva Ellos le contaron sus tristezas y la hicieron su amiga. Lo escribió Eduardo Galeano en su libro «Espejos». Foto de «Heroínas».