Cosmovisión

Por: Raúl López Gómez

 

Réquiem a Maruchi Bravo Pagola

 

Trascendió como una mujer de lucha, autentica, comprometida, independiente, culta y siempre elevó la voz para ayudar a sus semejantes desde cualquier trinchera laboral o mediática, a lo que nunca escatimó esfuerzo alguno para dar con generosidad en conocimiento, experiencia y la cálida solidaridad humana.

 

Experta en letras y en cultura, con enormes dotes de genialidad, pero más que nada de mujer abnegada por los demás en las causas más nobles.

 

Nunca dejó su sonrisa, o su belleza natural de mujer porteña aportando siempre por varias décadas su intelecto en grandes obras literarias, de mucha participación siempre en los diversos medios de comunicación.

 

Su paso por las instituciones de cultura y educación, fueron parte de su vida, sin dudar que para ella escribir le significó una clara muestra de dar a todos sus semejantes en participación cultural, por haber sido dueña de un bagaje intelectual que compartió siempre generosa con todos sus paisanos.

 

Dejó amplia huella en el campo de las instituciones de la iniciación artística de niños y jóvenes en la región, para luego estar en dependencias de la educación en la entidad.

 

Nunca mostró sesgo o lucha ideológico, por considerarse una mujer de pensamiento intelectual, que demostró un carácter alegre, charla amena y dueña de muchos atributos personales que el éxito le dio una característica en ella de mujer netamente triunfadora.

 

No sucumbió al peso del poder, y salió victoriosa a los duros efectos de la persecución política, que se originó ante el ejercicio de la libertad de expresión, que la puso en una de sus más difíciles batallas, que venció por ser dueña de un carácter indomable, inquebrantable y transparente de mujer de lucha.

 

Hoy Veracruz está de luto, la prensa también y las instituciones culturales y de educación por las que caminó con orgullo y honestidad, le dan un adiós, muy llorado, pero también con el amplio reconocimiento de decir gracias misión cumplida, Maruchi, hoy pasas a la inmortalidad, al recuerdo perenne, para escribir aún más con letras tenues en el cielo, y que desde las nubes cubren destellos de gloria celestial a quien lo fue todo en la vida con alegría y mucho éxito.

 

Tu voz se escucha, tus palabras de aliento y de motivación a los que te rodearon, para todos los que entregaste siempre generosa amistad, experiencia y conocimiento.

 

La solidaridad de siempre, para toda su familia, sus amigos, compañeros y toda la prensa veracruzana que está de luto y como nunca antes de forma unánime, generalizada y sublime dicen adiós a una de las mujeres más reconocidas de los últimos tiempos, y que hoy le lloran en un hermoso homenaje a quien fue ejemplo de mujer intelectual, por toda una vida dedicada a la educación, la cultura y los medios de comunicación. Gracias amiga y maestra. QEPD. Así las cosas.