Tenemos un querido amigo que hace años- unos 12- fue nominado como candidato del PRI a presidente municipal de su ciudad natal. Durante el desarrollo de su campaña, todos los días su esposa lo apoyaba yendo de casa en casa a pedir el voto para su marido. Y todos los días, por la noches, le iba a pedir al Altísimo que, aunque fuera por pocos votos, no ganara la elección. Y por sus oraciones, y por tratarse de una buena mujer, Diosito le hizo caso y nuestro amigo perdió la elección por 90 votos. Pero aguantó el «trancazo» y continúa haciendo cada vez más una buena vida familiar.. No estamos autorizados para decir su nombre pero es muy simpático y buen conversador.