«Saliendo de una exposición, me perdí y llegué a un panteón pueblerino. -«No puedo estar sin tí». – «¿Y piensas que yo si?». – Era una pareja  la que hablaba cerca de mi, que me había caído al hundirse mi pie  en la tierra removida por los topos. -«No hay otra solución, te lo aseguro». La voz de la mujer llevaba urgencia. Me levanté para retirarme, pero voltee antes de ello. A unos pasos de mí, sin diques ni recatos, la pareja estaba haciendo el amor sobre una tumba. Me escondí sin pensarlo. No me esperaba una escena así. Repentinamente la bruma se dispersó y ya no había nadie sobre la tumba». Lo escribió Rebecca Arenas en su libro «Alamos. Novenario de Fantasmas» (1996).