Una casa de dos pisos fue adaptada para que 20 perros, siete de ellos cachorros con cuatro meses de edad, y 13 gatos convivan con Patricia, que desde hace 40 años rescata animales en situación de calle.
La maestra de preparatoria se ha ocupado –desde que tenía 10 años de edad- a rescatar mascotas en la Unidad del Fovissste, en la delegación oeste de Xalapa. Tras desparasitarlos y esterilizarlos los da en adopción con familias responsables.
La egresada del área de humanidades está convencida que su función es ayudar a quienes no tienen voz, por ello, cada que encuentra un lomito o un michi en la calle, le abre el portón blanco de su casa marcada con el número tres del Boulevard Diamante, en la Unidad Fovissste, para alojarlo y brindarle comida.
Recuerda que su amor por los animales inició a sus 10 años, cuando una garza llegó a su casa con un ala lastimada. El animal no logró volar, pero vivió por años en su casa donde cohabitó con perros, gatos, patos, gallinas, pájaros y pericos, entre algunas otras mascotas.
«Mi papá la rescató cuando era joven. Le gustaba el alpinismo y el campismo. En una ocasión vio cómo unas personas le dispararon a una garza. La buscó, pensó que estaba muerta, no fue así, pero le destrozaron el ala. Vivió como 20 años», cuenta en entrevista con E-Consulta Veracruz.
Platica que cuando cursaba quinto de primaria rescató su primera perrita que tenía sarna; luego de consultar a un veterinario le dieron algunos remedios para rescatar a «Roñas», nombre con el que la identificó. Celebra que logró darla en adopción con una familia que la cuidó mucho.
En el pasado la gente cuidaba y protegía a los animales, pues los consideraban parte de su familia. Ahora los abandonan, los dejan en la puerta de su casa o en la calle; si se los llevan en «adopción» en ocasiones los regresan, por hacer travesuras.
DOS CAMADAS LE DEJARON 14 CACHORROS; SIETE BUSCAN UNA FAMILIA
Los animales han llegado a su vida en diferentes circunstancias. Cree que los perros son guardianes y los gatos protectores, por lo que cuando uno toca a su puerta o si lo encuentra en la calle, les da vivienda y comida de manera temporal, en tanto les encuentra un nuevo hogar.
En febrero encontró tres perros que estaban en situación de calle, dos de ellas eran hembras y uno macho. Los tres presentaban problemas de sarna; solo pudo rescatar a dos.
Después de su tratamiento médico las dos mascotas ganaron peso e intentaron esterilizarlas, sin embargo, la veterinaria -que le apoya con la operación- detectó que estaban preñadas.
Luego de una semana, en abril, nacieron dos camadas, uno de nueve y otro de cinco cachorros. De esos 14 ya solo siete viven en su casa, los otros encontraron una familia responsable.
Además de los siete cachorros, cuenta con otros 13 perros más, uno de ellos tiene 14 años, por lo que sabe que será casi imposible que logre colocarlos en un nuevo hogar, pues la gente siempre busca perros pequeños, aunque después los regresan porque mordieron un zapato o una pantufla, sin entender que son al ser crías les gusta jugar.
CÓMO LLEGARON LOS GATOS A SU HOGAR
Patricia comenta que la primera ocasión en la que llegó a su casa un gato fue porque su hija menor lo encontró abandonado en la calle y optó por ofrecerle un hogar. «Tuvimos que hacer algunas adecuaciones, pero la gatita venía con una pata lastimada y nadie la adoptó».
La casa que es de dos pisos se dividió la planta de abajo es para los cachorros y perros un poco mayores. El segundo piso es para los gatos que cuesta un poco más colocarlos en una casa, pues ellos perciben la energía y deciden dónde o con quién vivir.
TIENE PROBLEMAS PARA ALIMENTAR A SUS INQUILINOS
La convivencia con las mascotas genera importantes gastos para la maestra Patricia. Además de pagar la renta, debe comprar al menos tres bultos de alimento a la quincena para los perros, que tienen un costo de mil 500 pesos.
Requiere de material de limpieza como cloro y jabón, y aserrín que usa en lugar de arena para el baño de los gatos, así como alimento para los felinos.
La limpieza de la casa esta a cargo de una persona que le ayuda de lunes a viernes, sin embargo, sábado y domingo es ella quien debe limpiar cada uno de los cuartos en los que cohabitan los lomitos y los gatos.
«En mis mejores tiempos no tenía problema, tenía para la comida de los perros de los gatos, alimento, el cloro, el aserrín. Hay épocas de vacas gordas y vacas flacas, y ahora nos tocó de las flacas»
La educadora iba a realizar una colecta de alimento con sus alumnos de bachillerato, pero la pandemia la limitó, por lo que ahora pide apoyo a la ciudadanía para poder alimentar a las mascotas, en tanto encuentran un hogar.