Al pasar, con la mirada busco tus ojos, al pasar…

Escalinata que nos lleva a ninguna parte;

sus metas son estancias inmediatas, pequeñas, lóbregas y aisladas

aunque la vida con corrientes de luz las llene:

nada material satisface las necesidades del alma.

Poco importa si llego o me voy. Poco importa…

 

No saber de ti, saberte lejos engendra celos y malogrados pensamientos. Entonces creo que, soberbias, tus risas y tus ojeras

hablan de multitud de cosas como noches placenteras

en otros brazos, en otra alcoba, en otra cama y con otra boca.

A desdén del tiempo, para atesorar las emociones mi voz busca tu oído.

Los colores de las nubes son inciertos

y parece anidar en tus párpados el fastidio.

Amar es no sólo instantes, ni cada polución lejana,

mis caricias no alcanzan a definirlo.

 

En cuadernos conservo tus recuerdos, tus preocupaciones, tus palabras.

Cuanto más te alejas te revelas más próxima. Cuanto más…

Es el buzón ardiente de tu sonrisa clara; es nuestra historia escrita desde ayer antes mismo de nacer

donde la pasión, como Bellamía, agotó su recorrido, igual que todos los ayeres los ferrocarriles llevan un cargamento perdido.

En cada parto de amor, se despereza el olvido.

 

«Celos» del Maestro Teodoro Cottolenc

Nos los envió Uriel Rosas Martínez Martínez. .Foto de «Libertad bajo Palabra».

Descanse en paz el apreciado maestro.