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Milenio Digital/EFE

Con el 98% escrutado, la oposición derechista de Juntos por el Cambio ganaría las elecciones legislativas; el oficialismo del Frente de Todos estaría a punto de perder el control tanto de la Cámara de Senadores como la de Diputados.

La diputada electa de Juntos por el Cambio, María Eugenia Vidal, celebrando el triunfo de la oposición con Rodríguez Larreta y Martín Tetaz (AP).

Juntos por el Cambio, la principal coalición opositora de Argentina ganó en votos al oficialismo del Frente de Todos en los más importantes distritos del país, provocando un duro revés al gobierno de Alberto Fernández que perdería el control del Congreso argentino.

Aunque por un margen muy estrecho en la decisiva provincia de Buenos Aires, pero bastante amplio en la capital del país, la oposición consolidó su victoria que había obtenido durante las primarias que se realizaron en septiembre pasado, esto con el 98 por ciento computado.

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La coalición Frente de Todos, del presidente argentino perdería la mayoría en el Senado y se quedaría sin el control del Congreso, lo que la obligará a buscar consensos con la oposición para lograr la gobernabilidad en los siguientes dos años de mandato.

«Si se confirman los números, efectivamente se pierde el quórum propio (la mitad más uno) en el Senado», dijo una fuente oficial a la agencia AFP. El gobierno peronista de centro-izquierda pasaría de tener 41 de 72 senadores a tan solo 35, y en diputados, estaría empatando o perdiendo diputados frente a Juntos por el Cambio, que rondan entre los 116 y 118 legisladores.

El ex presidente de Argentina, Mauricio Macri, votando durante las elecciones legislativas en Argentina. (AFP)
La derecha gana la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires
En la provincia bonaerense, que congrega el 37 por ciento del padrón nacional, la lista de candidatos a diputados que presentó Juntos —liderada por Diego Santilli—, la coalición a la que pertenece el ex presidente conservador Mauricio Macri, conseguiría el 40 por ciento de los sufragios, con el 81.20 por ciento de los votos contabilizados en el recuento provisional.

Continúa la lista del oficialista Frente de Todos, encabezada por Victoria Tolosa Paz, seguida por otras propuestas opositoras como la candidatura libertaria de ultraderecha de José Luis Espert y la izquierdista comunista de Nicolás del Caño, ambos ex candidatos presidenciales en 2019.

En tanto, en la capital Buenos Aires, la ex gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, no sólo consolidó su curul como diputada, sino que garantizó la victoria de la oposición de Juntos por el Cambio, frente al oficialismo liderado por Leandro Santoro.

En la capital, destaca la irrupción del economista libertario Javier Milei, ‘outsider’ de la política muy mediático por su discurso contra la «casta» política, que queda en tercer lugar con el 17.06 por ciento de los votos. Así mismo, garantiza el ingreso de la izquierdista radical Myriam Bregman.

Más de 34 millones de argentinos estaban llamados a elegir en las urnas 127 de los 257 escaños de la Cámara de Diputados —donde ahora ningún grupo tiene mayoría absoluta— y 24 de los 72 del Senado, dominado hasta ahora por el oficialismo peronista, aunque para la Cámara Alta esta vez solo se eligen representantes de ocho provincias.

En el caso del Senado, y según el escrutinio provisional —el definitivo lo realizará la Justicia electoral en los próximos días— el oficialismo solo lidera en dos de las ocho provincias a las que este año corresponde elegir representantes para la Cámara Alta, lo que pone al peronismo al borde de perder la mayoría absoluta que ostenta en esa Cámara desde hace más de tres décadas.

La reacción de Alberto Fernández tras los comicios
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, llamó este domingo, tras conocerse que la oposición aventajó al oficialismo en las elecciones legislativas, a «priorizar los acuerdos nacionales» en la «nueva etapa» que se abre para el país, en la que llegar a un acuerdo con el FMI será el mayor «escollo».

«Debemos enfrentar este desafío para reparar, en la medida de lo posible, el enorme daño que este endeudamiento ha provocado, y cuyas consecuencias pesarán sobre varias generaciones», aseveró el mandatario en un mensaje difundido desde la residencia presidencial.
Convencido de que «es tiempo» de resolver el problema derivado de los 44 mil millones de dólares de deuda contraída por el Gobierno de Mauricio Macri con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Fernández anunció que enviará al Congreso en diciembre un proyecto de ley con un «programa económico plurianual para el desarrollo sustentable”.

«Ese programa contemplará los mejores entendimientos que nuestro gobierno haya alcanzado con el staff del FMI en las negociaciones que lidera nuestro ministro de economía, Martín Guzmán, sin renunciar a los principios de crecimiento económico e inclusión social a los que me he referido previamente», agregó, para destacar que se trata de una «decisión política» que cuenta con el «pleno aval» de la coalición oficialista Frente de Todos.
Según Fernández, que descartó realizar ajustes de gasto porque solo profundiza «la desigualdad y la pobreza», resolver el problema de deuda con el FMI es el «escollo más grande» que enfrenta el país «para continuar en la senda de la recuperación económica y de la construcción de un país con más equidad».

«Precisamos que la relación entre el Gobierno y el Congreso Nacional, en la Cámara de Diputados y en el Senado, sea fructífera, por el interés general de nuestro país», remarcó Fernández, cuya gestión ha estado marcada por la gestión de la pandemia y la continuidad de la crisis económica iniciada durante el Gobierno de Macri, con el que se mostró muy crítico en su mensaje.

«Cuando el modelo económico del anterior gobierno reveló ser un fracaso, en lugar de cambiar el rumbo, decidieron tomar esa deuda de 44 mil millones de dólares con un doble propósito: pagar la deuda insostenible que habían tomado con acreedores privados y darle salida a capitales que habían ingresado solo para especular», sentenció.
Estos fueron los primeros comicios con Fernández en el poder, por lo que los analistas los consideraron una suerte de plebiscito a su gestión.

«Con esta elección termina una etapa muy dura de nuestro país que estuvo marcada por dos crisis. Una, la crisis económica, heredada del gobierno anterior y de la que aún quedan enormes desafíos por resolver. Otra, la crisis sanitaria, provocada por una cruel pandemia que, poco a poco, vamos superando», afirmó.
En diversos pasajes de su discurso, el mandatario destacó las señales de recuperación de la economía, que está creciendo alrededor del 9 % este año y a inicios del año próximo habrá recuperado lo perdido el año pasado.

​Un referendo fallido para Alberto Fernández
Los comicios, los primeros con el peronista Alberto Fernández como presidente, son considerados una suerte de plebiscito a sus dos primeros años de mandato, marcados por la gestión de la pandemia y la continuidad de larga recesión que se inició en 2018, cuando restan otros dos años para las siguientes elecciones presidenciales.

Esta cita con las urnas llega precedida de las primarias de septiembre pasado, en las que ya las listas de Juntos por el Cambio fueron las más votadas en casi todo el país, por delante de las propuestas del Gobierno, lo que generó fuertes tensiones entre el presidente y la ex mandataria y hoy vicepresidenta Cristina Fernández.

Esta situación derivó en el cambio de varios ministros y en el anuncio por parte del Gobierno de una catarata de medidas destinadas a mejorar el bolsillo de los sectores más postergados de la sociedad. Asimismo, las elecciones también son cruciales para la oposición, para ordenar liderazgos tras la derrota de Macri ante los Fernández en las presidenciales de 2019.

«Mañana va a ser ‘El’ día. Tengo miedo por la economía, el sueldo no alcanza. Gane quien gane va a tardar mucho el país en recuperarse. Estoy muy descreído de todos», dijo Oscar Navarro, un empleado pastelero de 50 años, sin revelar su voto.

«Claro que voté al presidente. Tengo mucho miedo de lo que puede pasar en la elección», señaló Marta Gramiño, una mujer de 45 años que se acercó a filmar al mandatario a través de la ventana de un bar del barrio Boedo, donde Fernández tomó un café con un candidato.
También atraída por el revuelo de cámaras, Liliana Márquez, de 62 años y empleada en un hospital, dijo tener expectativas de que se imponga la oposición. «Nunca he confiado en estos gobiernos peronistas. Voté al macrismo porque no encuentro alternativa», sostuvo.