Carlens viajó desde Haití para buscar el «sueño americano», estuvo en Chile y encontró empleo en Villa del Mar en Veracruz
Por Carlos Navarrete.
Carlens Fortune decidió no esperar más y después de un mes varado en la ciudad de Veracruz salió a la calle a buscar empleo para mantener a su familia.
El inmigrante haitiano encontró trabajo como palapero en la tradicional playa de Villa del Mar, donde hace llevadera su estadía en lo que puede legalizar su situación para continuar su viaje a los Estados Unidos.
Junto con su esposa y su hijo llegó a la ciudad de Veracruz en octubre, desde entonces la burocracia del Instituto Nacional de Migración (INM) lo hace dar vueltas todos los días en las oficinas para conseguir los papeles que le permitan continuar su camino.
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Con 29 años de edad, el joven logró adaptarse a las actividades que se llevan a cabo en la costa jarocha. En el lugar se desempeña como mesero del restaurante «Buchaca», propiedad del exrey del Carnaval, Víctor Morales Azamar, el único de los 16 palaperos asentados en Villa del Mar que confió en él y le dio empleo.
Hace un mes que llegó a la ciudad acompañado de su esposa y de su hijo. Viajó desde Chile a Veracruz con el objetivo de llegar a los Estados Unidos, sin embargo, la burocracia en el INM frenó sus aspiraciones.
Con más de cuatro semanas en el municipio, todavía no cuenta con un documento que ampare su estancia legal en México, pero la necesidad de generar ingresos para pagar la renta del cuarto donde vive con su familia y comprar comida, lo obligó a salir a las calles del puerto de Veracruz.
«Yo tengo un mes esperando, yo fui ahí a Migración, perdí tiempo y nunca me atendieron, todos los días yo fui pero ahora no voy porque tengo que buscar para comer, entonces yo vine aquí (a Villa del Mar) y el patrón (Víctor Morales Azamar) es bueno y me consiguió trabajo».
Para Carlens no fue nada fácil encontrar empleo. Por el hecho de ser extranjero y no contar con papeles, le cerraron muchas puertas.
«Yo fui a todos lados, metí papeles y me dijeron que no. Tú sabes que con la gente no todos son iguales, algunos son buenos y otros no y allá en el otro lado fui y me dijeron que no nos iban a dar trabajo a nosotros, que solamente a mexicanos, no toda la gente es igual», dijo en un español comprensible.
En casi todas palapas de Villa del Mar a las que llegó en busca de trabajo le dijeron que no había donde ocuparlo. Después de mucho caminar llegó al restaurante «Buchaca», de Víctor Morales Azamar, quien de inmediato confió en él, le dio una guayabera, una franela y lo empleó como palapero.
«Le di chamba a un haitiano que vino a pedir trabajo y le dije que sí, que cómo no. Yo sinceramente pensé que no iba a venir más porque el primer día le fue un poquito mal, pero no, él me dijo yo vengo, yo vengo y ya lleva una semana y le ha ido bien», dijo el dueño del negocio.
Aunque al principio no le fue tan bien e incluso pensó en dejar Villa del Mar, conforme transcurrieron los días a Carlens le llegaron mejores propinas. En la actualidad, se lleva entre 200 y 300 pesos diarios.
«Le dije, mira, aquí no damos un sueldo muy elevado, peros si sale para todos los días. No sé de dónde escuchó que aquí se iba a ganar 200 pesos y le dije no, aquí te vas a ganar más o quizá menos, pero tú vas a tener la suerte de llegar en buen tiempo y tú vas a ganar 200 pesos o 300 pesos diarios, todos los días. Y, pues, bueno, aquí está aguantando la friega», destacó Morales Azamar.
En Chile, Carlens trabajó durante años como parrillero, así que conoce el negocio de los restaurantes. Hoy, con apenas una semana como palapero se ganó la confianza de su patrón y sus compañeros por el desempeño que ha mostrado.
El joven haitiano explicó que esperará un tiempo más para tramitar sus documentos ante Migración, luego analizará si continúa su viaje con dirección al norte del país o si se queda a vivir en Veracruz.
«Todavía no sé, pero estaría bien si me puedo quedar aquí, pero si la vida no es tan mejor y pues sí o no, pero todavía no sé. Y sin papeles no se puede ir a ninguna parte, tengo que tener papeles».
A mediados de septiembre, al puerto de Veracruz llegaron cientos de migrantes haitianos con la intención de continuar su paso por territorio nacional hasta llegar a los Estados Unidos, sin embargo, quedaron varados en la ciudad.
Más de un centenar de caribeños han hecho fila desde hace semanas afuera de las oficinas del INM para intentar quedarse «un tiempo» en México ante las dificultades de sus compatriotas para entrar a la unión americana.
Recientemente, el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas, explicó que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) ha recibido, en lo que va del 2021, 116 mil 500 solicitudes de refugio, es decir tres veces más que el año pasado.
A decir de Encinas, se espera finalizar 2021 con cerca de 130 mil solicitudes, de las cuales 52 mil son de haitianos.