BOLILLO
Mas que caminar lo miré sembrar semillas de nostalgia por las calles de mi pueblo. En aquellos días él no lo supo. Yo tampoco lo sabía. El, al ir dando pasos inseguros, propios de un ser humano alcoholizado, yo mirándolo como lo miraban todos, sin siquiera sospechar que andando el tiempo se empatarían su transitar trastabillante con las letras mías. No recuerdo que tuviera un nombre. A pesar de ser Emilio Carranza una villa de no gran extensión territorial, nunca supe donde vivía, para mí y supongo que, para todos los infantes de mi edad, en aquellas fechas, siempre fue un hombre de la calle. Un hombre de cantina. Era, bien lo recuerdo, un hombre bueno, más conocido por su apodo (Bolillo) que, por su nombre o apellido, más por su vicio que por su oficio. Era talabartero de los que conocían a detalle el secreto de elaborar sillas de montar. Antes por él, que, por la iglesia, supe del nombre y del respeto que debemos a Santa Bárbara por ser la Virgen milagrosa Patrona de nuestro pueblo. Ignoro si en otros lugares las personas se griten de acera a acera además del saludo lo que van a guisar las mujeres, o la clásica despedida de: nos vemos comadre, es que dejé los frijoles en la lumbre. Los varones no son ajenos a este valor cultural y también haciéndose bocina con las manos se saludan, se despiden, le meten las espuelas al caballo y gritan lo que van a hacer, voy a arrejar, luego nos vemos. (arrejar significa encerrar los becerros y becerras para que las vacas puedan juntar la leche que les será ordeñada por las mañanas) Así, de acera a acera alguien le gritó a Bolillo ¡oye bolillo, vamos a chupar! Ya son las once, acaba de abrir Marcial, No. Contestó. Hoy es un día muy grande que debemos respetar. ¿Qué, es día de tu santo o qué? No. Es cuatro de diciembre día de Santa Bárbara, que es en este pueblo nuestra madre celestial, no. Hoy no voy a tomar. Cero alcohol.
No se trata de elaborar ingeniosas hipótesis sobre el particular, solo relataré a mi manera la verdad de unas anécdotas de personalidades y costumbres que se han ido distorsionando, desdibujando con los años, aunque es de reconocerse que la esencia, el origen, continúa intacto en mi memoria. Es cierto, con el correr de los días y el transitar del tiempo se han ido adelgazando las palabras. Cierto también, que puede resultar un tanto absurdo desde la perspectiva de la elegancia en el vocabulario y actuar de un conglomerado humano proclive a las buenas maneras, a los refinamientos, al arte, las cabalgatas, los jaripeos, las artesanías y creencias religiosas como son los habitantes de Emilio Carranza Veracruz, del municipio de Vega de Alatorre, como dice la canción “tierra bendita de Dios” A bolillo desde el principio le gustaban los cuartitos de cerveza. La marca poco importaba, en la tierra del calor todas bien frías saben buenas, con el tiempo, porque así lo impuso la moda cantinera se aficionó a lo que llamaban “palo y pedrada” que consistía en trago de aguardiente y resbalón de cerveza, ya para entonces la cerveza media había desplazado al cuartito. Aquello se volvió una mezcla sumamente pendenciera, las estadísticas confiables no existen, solo se puede decir que buena parte de la fama de belicosidad que en un lapso acuñó este lugar de señaladas virtudes, fue debido al consumo de esta mixtura explosiva. Sí. También el puño de chiquillos, se justificaban los tomadores. Palo y pedrada es la mejor bebida “no va a ser dijera bolillo” esta pócima no respetó niveles sociales, lo mismo lo consumían los de abajo con cerveza y aguardiente que los de arriba con brandy, coñac o wiski que convertían la pedrada mesclando vodka con agua quina y su chorrito de jugo de limón, los de abajo ya alcoholizados peleaban con machete o con cuchillo, los de arriba a tiros, trompadas y escopetazos. En este ambiente creció la fama de bolillo. Cuentan que, a pesar de ser un buen trabajador puntual y responsable, comenzó a llegar tarde a su trabajo. Al principio le decía su patrón, bolillo, “la entrada es a las ocho”, te he recibido a las nueve, a las diez, pero mira ya son las once y media, esto no puede continuar así, si no llegas temprano ya no te voy a recibir, pones el mal ejemplo. ¡O llegas temprano o ya no vengas! Así lo regresaron varias veces. Un día, una madrugada “aturdido por los humos del alcohol” el subconsciente le decía que si se iba para su casa se dormiría, llegaría tarde y hora si me corre mi patrón, ni tardo ni perezoso enfiló rumbo a su trabajo. Eran las cuatro de la mañana. Llegó, tocó la puerta, no le abrieron. Gritó. No le abrieron. Agarró la piedra más grande que encontró y golpeó con todas sus fuerzas el portón de la entrada hasta que salió el patrón todo somnoliento y restregándose los ojos le dijo: bueno bolillo que escándalo es éste ya despertaste a todo el vecindario. Patrón, le contestó con voz estropajosa, listo para entrar a trabajar… Pero bolillo que no ves que es muy temprano, todavía no es la hora. Bolillo entró en cólera… Se columpiaba, apenas si podía sostenerse de pie. Posteriormente contaba bolillo en sus ratos sobrio, que en ese momento miraba a su patrón moverse frente a él, como si fuera prendido en el mástil de un velero en pleno mar en noche de tormenta, ¿Qué todavía no es la hora?… No bolillo, son las cuatro de la mañana. ¡Vaya usted y chifle a su Mauser!, quédese con su trabajo, me voy a seguir chupando. “No cabe duda que para el jodido siempre es tarde y cuando madruga no es hora”. Dicen que eso decía cuando tomaba y era a diario y sus amigos de parranda le preguntaban ¿es cierto bolillo que mandaste a chiflar su Mauser a tu patrón? No va a ser, contestaba y me corrió., Mas me había de pasar por querer trabajar un cuatro de diciembre sabiendo que es un día de guardar por ser día de Santa Bárbara. La Madre Celestial. La patrona de este pueblo. Un día como hoy no se debe tomar. Menos trabajar. Mas que mi patrón, fue Dios quien me castigó. D.E.P. Bolillo falleció hace mucho tiempo. Su dicho es de actualidad ¡no va a ser!
Con admiración y respeto para bolillo, para su familia y para el noble y progresista pueblo de Emilio Carranza en el día cuatro de diciembre, día de Santa Bárbara. El día en que suenan los cohetes con explosión de regocijo. Saludos.
SILVESTRE VIVEROS ZÁRATE