Nacida el 22 de mayo de 1921, su perfecta esencia de juventud quedo esculpida a la edad de 20 años en La Flechadora de las Estrellas del Norte, monumento mejor conocido como La Diana Cazadora; sin embargo, la vida de Helvia Martínez Verdayes -la modelo de la célebre efigie- transcurrió entre las turbulencias.
Su primer “infortunio” estuvo ligado a la época en que el escultor Juan Fernando Olaguibel esculpió su cuerpo en el monumento de bronce que se inauguró el 10 de octubre de 1942, pues la obra escandalizó a la sociedad de la época que calificó de impúdico el desnudo.
El escándalo fue tal que se tuvo que cubrir las partes íntimas del monumento con un taparrabo con el que permaneció hasta las Olimpiadas de 1968 en que el entonces regente de la Ciudad de México, el hidalguense Alfonso Corona del Rosal, decidió retirarlo.
En la intervención, el monumento resultó afectado, por lo que la estatua original fue donada por Corona del Rosal a su natal Ixmiquilpan.
Por 50 años, la identidad de la modelo del célebre monumento permaneció en el anonimato ante el temor de Martínez Verdayes de perder su empleo en Petróleos Mexicanos (Pemex) donde laboró por tres décadas.
Fue precisamente en la empresa productora donde conoció un amor prohibido en la persona Jorge Díaz Serrano, exdirector de Pemex, quien para entonces se encontraba casado con la señora Elvia Moreno, con quien procreó cinco hijos.
Pese a ello, la relación extramarital entre La Diana Cazadora y el exdirector de Pemex se mantuvo durante tres décadas, hasta que en julio de 1983 Díaz Serrano fue detenido e ingresado al Reclusorio Sur acusado de desvío de fondos cuando dirigió Pemex.
Tres años después (en 1986), en reclusión, Helvia y Jorge contrajeron nupcias en la penitenciaría, luego de que previamente el exdirector de Pemex se divorció de Elvia Moreno.
Díaz Serrano recuperó su libertad dos años después de contraer nupcias, pero sin bienes, propiedades, cuentas, de banco, autos. Permanecieron unidos hasta 2005 en que Jorge fue diagnosticado con hidrocefalia y falleció el 25 de abril de 2011, rodeado de sus hijos, quienes asumieron su cuidado tras el fatal diagnóstico de la enfermedad.
A los 100 años de edad, Martínez Verdayes falleció, dejando tres esculturas consideradas como sus hijas por ella misma; la “mayor”, ubicada en el corazón del valle del Mezquital, Ixmiquilpan; otra más, en Paseo de La Reforma, en la Ciudad de México, y la tercera, en la Costera Miguel Alemán, en Acapulco, Guerrero.
jcp