El Papa lamentó que los pueblos cristianos se vean entre ellos como «enemigos» y piensen en hacerse la guerra al tiempo que ha defendido que «poner la otra mejilla no es el repliegue del perdedor, sino la acción de quien tiene una fuerza interior más grande».
«¡Qué triste es cuando personas y pueblos orgullosos de ser cristianos ven a los otros como enemigos y piensan en hacer guerra!», exclamó el pontífice durante el ángelus de este domingo.
Sus comentarios, aunque no ha dicho expresamente a que se refería, coinciden con un momento de escalada militar en la frontera entre Ucrania y Rusia, ambos países de mayoría cristiana ortodoxa, aunque con iglesias separadas.
El patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, firmó en 2019 un decreto que otorga a la Iglesia ortodoxa de Ucrania la independencia de la de Rusia.
Asomado al balcón de su estudio privado en el Palacio Apostólico Francisco ha lanzado la siguiente pregunta: «¿Es posible que una persona llegue a amar a los propios enemigos?».
Para el Papa este gesto «sería imposible» con las únicas fuerzas del hombre pero ha señalado que «Dios da la capacidad de hacerlo». «Con el Espíritu de Jesús podemos responder al mal con el bien, podemos amar a quien nos hace mal. Así hacen los cristianos. ¡Qué triste es cuando personas y pueblos orgullosos de ser cristianos ven a los otros como enemigos y piensan en hacer guerra!», ha dicho Francisco.
Finalmente, ha instado a los fieles a rezar «por quien nos ha tratado mal es lo primero para transformar el mal en bien». Y ha agregado: «Que la Virgen María nos ayude a ser constructores de paz hacia todos, sobre todo hacia quien es hostil con nosotros y no nos gusta».
jcp
Foto de archivo.