La poesía.
«Llegas silenciosa, secreta.. Y despiertas los furores, los goces.. y esta angustia.. que enciende lo que toca.. Y engrendra en cada cosa.. una avidez sombría… El mundo cede y se desploma.. como metal al fuego.. Entre mis ruinas me levanto.. Solo, desnudo, despojado.. Sobre la roca inmensa del silencio.. Como un solitario combatiente… Verdad abrasadora.. ¿A qué me empujas?.. No quiero tu verdad.. Tu insensata pregunta.. ¿A que esta lucha estéril? No es el hombre criatura capaz de contenerte.. Avidez que sólo en la sed se sacia.. Llama que todos los labios consume.. Espíritu que no vive en ninguna forma.. Mas hace arder todas las formas contra invisibles huestes.. Percibo el mundo y te toco.. Substancia intocable.. Unidad de mi alma y de mi cuerpo.. Y contemplo el combate que combato.. Y mis bodas de tierra… Llévame, solitaria.. Llévame, entre los sueños.. Llévame, madre mía.. Despiértame del todo.. Hazme soñar tu sueño.. Unta mis ojos con aceite.. Para que al conocerte me conozca».