La mano de María José Armenta mueve un pincel que traza líneas de color azul celeste sobre el muro de un edificio de departamentos en El Morro, un fraccionamiento localizado frente al mar en el municipio de Boca del Río.
Sobre su cabeza, que cubre del sol con un sombrero, se despliega un muro en el que la artista dibuja la costa de Veracruz con un concepto que habla del cuidado del medio ambiente y el bienestar de las especies marinas.
La obra de María José Armenta en uno de los edificios del fraccionamiento El Morro es una colaboración con el proyecto Art District Boca del Río, que inició la creación de murales en agosto de 2016 con el consentimiento y aprobación de los vecinos.
María Love, como es conocida desde hace siete años, es la primera artista plástica mexicana que pinta un mural de gran formato en el fraccionamiento El Morro, en donde hay otras 14 creaciones de muralistas extranjeros.
«Me siento superprivilegiada, la verdad, precisamente porque yo ya conocía el proyecto y veía que todos los artistas eran de fuera. Que me hayan elegido para representar a Veracruz en este proyecto está increíble, estoy muy feliz», dice.
La muralista se dedica de tiempo completo al arte desde hace siete años, sin embargo, siempre tuvo contacto con él debido a que su madre, Elisa Baqueiro, y sus tías son amantes de la pintura, por lo que desde niña tomó clases de artes plásticas, óleo, entre otras, en el Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC).
«Siempre he estado en contacto con el arte, tomando clases, diplomados, entrando a concursos, hacía mis libretas, pintaba playeras», recuerda.
Se puede vivir del arte
José María Armenta «María Love» es testigo de que se puede vivir del arte pese a que hay quienes piensan que no o desaniman a quienes quieren dedicarse a él, como le sucedió cuando debía decidir qué carrera universitaria estudiaría.
Llegado el momento de aquella decisión, la muralista, quien actualmente tiene 37 años, escuchó a quienes le decían que no estudiara artes plásticas porque no tendría futuro con ellas, por lo que terminó inscribiéndose a la licenciatura en Diseño Gráfico en la Universidad Centro, en la Ciudad de México.
«A lo mejor en ese momento era así, pero ahora con las redes sociales y el mundo que está viviendo un constante cambio cultural, siento que las puertas se abren mucho más fácil», comenta.
Antes de dedicarse por completo a las artes plásticas, María Love pasó por diferentes trabajos en la Ciudad de México, a donde emigró cuando inició la universidad, entre ellos, un empleo como maestra de arte en una primaria y empleada de un emprendimiento de ventas en línea.
«En el último trabajo que tuve las cosas no siguieron y ahí fue cuando dije que ya no iba a buscar otro trabajo, ´aunque me cueste lo que me cueste, me voy a dedicar al arte», menciona.
María Love volvió al puerto de Veracruz, de donde es originaria, en septiembre de 2019, año en que comenzó su carrera como muralista, sobre todo en espacios de la zona conurbada con Boca del Río.
«Si te soy sincera, a mí me empezó a ir mejor aquí en Veracruz que en la ciudad de México, porque allá es una ciudad muy grande, hay mucha gente, mucha competencia, es difícil que alguien te vea», asegura.
De acuerdo con María Love, los jóvenes que desean ser artistas deben ignorar los comentarios de quienes intentan desanimarlos con el argumento de que el arte no alcanza para vivir y, en cambio, trabajar con constancia para lograr su sueño.
«Puedes tener un plan B. Si lo puedes hacer de toda la vida, qué padre, pero si no, puedes tener un trabajo, ir creciendo como artista y eventualmente dejar la otra parte, pero seguirle haciendo, no desistir», expresa.
Sus inspiraciones
El arte de María Love pasó por varias etapas hasta tomar el estilo que la caracteriza en la actualidad: creaciones coloridas que hablan de la naturaleza, los animales y que, a simple vista, reflejan una identidad con el puerto de Veracruz.
La cantante texana Janis Joplin, la primera estrella del rock and roll a nivel mundial, fue una de sus primeras inspiraciones cuando comenzó a pintar, al grado de que la gente la llamaba María Joplin debido a gusto por la música setentera.
«Antes de hacer muchas cosas del mar, hacía muchas cosas como más psicodélicas o muy budistas, o hacía muchos budas, mandalas y hippies», señala.
El estilo de María Love pasó de un arte abstracto plagado de colores y líneas a pinturas de paisajes marinos que, afirma, aumentaron su popularidad debido a que la gente del puerto de Veracruz se identifica con sus obras.
Aún conserva las referencias que tiene, por ejemplo, del artista estadunidense de origen haitiano-puertorriequeño Jean-Michel Basquiat, del muralista jalisciense José Clemente Orozco, del movimiento del pop art y, por supuesto, los colores rosa y amarillo no faltan en la mayoría de sus obras.
Terminada su obra en El Morro, María Love tiene una meta para el futuro: pintar más murales en la zona conurbada y viajar a otros países para llevarles su creatividad.
FP