Mes con mes el mercado automotriz muestra una subida que parece imparable. Determinar el valor de un modelo es una ecuación con diversas variables que no siempre da como resultado la rentabilidad esperada.
El incremento de los precios de los vehículos nuevos es una problemática de la que se tiene registro desde el inicio de la pandemia. Hay quienes consideran que fenómenos como la paralización de los canales de distribución, la demanda de semiconductores para otros dispositivos que no son vehículos así como el aumento de los costos de materias primas e insumos, fueron los responsables de esta escalada. Sin embargo hay voces que afirman que esta situación comenzó un par de años antes de 2020 y solo se agudizó tal y como ocurre con un cambio drástico de temperatura que termina en un fuerte resfriado.
De acuerdo al estudio “Construyendo la Cadena de Suministro hacia delante, estrategias para mitigar la disrupción en la cadena automotriz”, elaborado por Maersk “la escasez de semiconductores se intensificó durante 2021 y este fenómeno impactó a todos los fabricantes de equipos originales y regiones de ensamble de automóviles. Se estima que en 2021 la escasez de chips redujo la producción de vehículos ligeros en 10 millones de unidades o más poniendo a miles de millones de dólares de ingresos en riesgo. De acuerdo a expertos de la industria, se espera que la escasez persista en lo que resta de 2022 e impactando a 2023, lo que disminuye las estimaciones de recuperar los volúmenes pre pandemia”.
Además hay que tomar en cuenta que las líneas de ensamble cerradas o parcialmente detenidas (principalmente por la falta de semiconductores), ha provocado incertidumbre en la planificación de la producción global así como estragos en la cadena de suministro, con proveedores y facilitadores de logística que no están seguros de los cronogramas de producción y los niveles de suministro; algunos se han enfrentado a cierres de plantas y cancelaciones de turnos en muy poco tiempo.
De acuerdo a este estudio los especialistas consideraron que el impacto en la producción sería de tan solo 200,000 unidades a nivel mundial para todo 2021, pero los cálculos elaborados por AutoForecastSolutions muestran que el impacto negativo de ese año fue de más de 10 millones de unidades, un balance que solo se compara con la crisis provocada por Covid-19 en 2020.
Dentro de este panorama también hay que mirar hacia los distribuidores, que ante un lento abastecimiento de unidades, vieron que sus inventarios desaparecieron cayendo a niveles casi récord en Estados Unidos y Europa. Es innegable que la falta de disponibilidad tiene como consecuencia la disminución de las ventas de vehículos en los últimos meses, pero también es cierto que ante el aumento en la demanda los precios se han ido al alza.
Costos de materiales
La Industria Automotriz tiene que enfrentar algo más que la crisis de la falta de semiconductores. La poca disponibilidad de materias y productos como los textiles, la piel, el acero, el caucho o la madera, ha provocado en automático su encarecimiento. “Los aumentos globales en los costos de la energía podrían incluso llevar a algunos proveedores más pequeños o de nicho a racionar la producción. Existe preocupación por los paros de fábricas en China, por ejemplo, ya que el país intenta reducir el consumo de carbón”, refiere esta investigación al poner sobre la mesa el rol que tienen los diferentes materiales en la fabricación de un vehículo.
Según cifras proporcionadas por Automotive From Ultima Media, el costo del acero, utilizado en la fabricación del chasis o body, motor, diversos componentes mecánicos y la suspensión, incrementó su costo entre el 34% y 41% de 2020 a 2021 dependiendo del grado o tipo de acero. El aluminio, destinado para fabricar partes del motor, la transmisión, rines, paneles, entre otros, aumentó en 62% mientras que hule en 100%, solo por citar algunos ejemplos.
Logística y su impacto
Para Oscar del Cueto, Presidente de Kansas City Southern de México, el detonador en el costo logístico fue el Covid 19. Entrevistado por Autos El Economista, el ejecutivo mencionó que el cierre de puertos incidió negativamente en las operaciones de distribución y transporte.
“El tema del congestionamiento o la demora en algunos puertos (recordemos que algunos de la zona de Asia se cerraron y hoy están bloqueados los de Long Beach y Los Ángeles), fue un fenómeno que volvió semi lenta a la cadena logística con poca disponibilidad de contenedores para mover autopartes, y todo esto afectó a nivel logístico la entrega y recepción de vehículos. En el caso de KCS, el tema logístico se dio mucho en Estados Unidos con alguna congestión durante el año pasado por la zona de Houston y otra fue por la falta de equipos. Entonces no llegaban a los puertos y no había contenedores para movilizarlos. Yo creo que actualmente está un poco recuperado pero siguen estando muy altos los costos logísticos y esto sin duda tiene un impacto en toda la cadena logística; nosotros somos una parte de la cadena pero si se han elevado los costos en ese sentido por la poca disponibilidad”.
Pronóstico de costos logísticos
Lejos de esperar una recuperación en breve, para del Cueto, el conflicto armado entre Rusia y Ucrania está complicando severamente a la logística. “Ojalá que el tema del Covid no repunte pues hemos escuchado sobre ciudades que vuelven a considerar el confinar a la gente. Si esto no ocurre creo que la tendencia deberá ir a la baja”, finalizó.
Precio, una ecuación complicada
Para Alfonso Chiquini, Director de mercadotecnia de Volkswagen de México, el incremento del precio de los automóviles solo se agudizó con la pandemia pero fue un hecho que se presentó desde antes.
“El incremento es un tema que viene de la pandemia. Los materiales se aprecian y siguen incrementando sus costos, pero a raíz de la pandemia hubieron costos que aumentaron más de lo que había sido una tendencia normal. Por ejemplo, los costos logísticos se elevaron por cuestiones como que había menos operadores para mover las mercancías”.
Agregó que antes de la pandemia ya se veían incrementos en materiales como el acero, el caucho, entre otros. Declaró que entre los elementos claves en el incremento del costo final de un vehículo están los costos logísticos y el mayor precio de materiales como el acero. Descartó que el tipo de cambio sea un factor determinante porque hoy nuestra moneda es muy fuerte.
Ser local no lo es todo
La conexión mundial en términos de producción y costos se debe considerar para determinar un precio.
“El contar con producción de nacional tampoco es un factor decisivo para contar un menor costo final. Hoy en día aunque nosotros producimos aquí obedecemos a una realidad global porque no todo lo compramos en México. Aquí lo terminas pero no todo lo compras aquí; no toda la proveeduría está en el territorio. Además, los costos de un producto también refieren a la operación de otras regiones. Tal es el caso de la Rentabilidad Consolidada. Un proyecto o un vehículo como tal conjuga el desempeño de varios mercados en donde éste se vende. Entonces, si aquí la rentabilidad y los volúmenes son menores los costos totales se tienen qué repartir entre el total de la unidades que se venden. Entonces no necesariamente porque fabriques aquí los costos son muy bajos. Siempre se depende de otros mercados”.
Cuestión de rentabilidad
Es común que al hacer una estimación rápida de lo que podría costar un auto que no se vende en nuestro país, recurramos a la conversión del tipo de cambio.
“Hay muchos elementos que inciden en la determinación de la rentabilidad del proyecto. Una cosa es el costo del auto pero no es la misma cantidad de dinero que se le invierte para venderse en México que lo que se requiere para Estados Unidos o en Europa. El costo de operación de la marca y el costo de los incentivos que se ponen no son iguales en todos los países. Hablando figuradamente, no a todos los coches se les invierten 100 dólares; hay lugares donde se destinan $1,000, en otros $100 o en otros $300, porque mucho depende de la competencia, la posición de la marca, etcétera. Todo esto compone lo que son los costos fijos y de esto lo que se determina también es el impacto en la rentabilidad del proyecto”, explicó.
Bonanza para el distribuidor
Quedaron atrás los tiempos en los que se visitaba a más de un distribuidor para saber cuál ofrecía mayores beneficios. La alta demanda actual y los bajos costos de operación tienen a los distribuidores en su mejor momento.
“El precio es uno de los principales determinantes de la compra de un auto. Hablando de los Costos Fijos, hoy en día nuestros distribuidores están siendo más rentables porque hay costos que hoy no están teniendo que cargar como el Costo Financiero o el no tener un inventario muy grande. Hoy lo que llega se distribuye y se vende, los costos logísticos para los distribuidores tales como la necesidad de tener grandes patios para reguardar las unidades, hoy no se tienen. Por otro lado debido a que hoy una gran demanda y poca oferta, los distribuidores están vendiendo a precio lleno, sin descuento. Entonces hoy tienen mayor rentabilidad con menores costos por lo cual la industria, hoy en día, está siendo más rentable”.
marcos.martinez@nulleleconomista.mx
Foto de El Economista.