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E-ConsultaVeracruz

Juguetes y figuras son el atractivo de este negocio que atrapa a coleccionistas

El legado de Gilberto Bravo se mantiene vivo entre cientos de figuras de dibujos animados que hacen de la Juguetería Bravo´s un lugar de ensueño para los coleccionistas de Veracruz.

Para José Antonio Bravo, los pasillos de la juguetería son un desfile de antiguos clientes que ahora regresan con sus hijos a la fábrica de fantasías que su abuelo creó hace 40 años, en octubre de 1982.

“Estoy muy contento, porque se está siguiendo con la tradición y el legado de mi abuelo y de mi padre. Es algo que particularmente a mí también me gusta. Me gustan los juguetes, la atención y las ventas”, dice el actual dueño del negocio.

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La Juguetería Bravo’s sobrevive en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río pese al paso del tiempo y el cierre temporal al que la obligó la pandemia de la covid-19.

Aun cuando las ventas de la familia disminuyeron por la contingencia sanitaria, la juguetería continúa gracias al rescate de los coleccionistas jarochos que crecieron con ella durante las últimas cuatro décadas.

“Gracias a Dios no nos podemos quejar, tuvimos, como todo negocio, nuestras altas y bajas, sobre todo porque el juguete no es un producto de primera necesidad”, dice José Antonio Bravo.

Fue la Juguetería Bravo’s, ubicada en la Plaza Mocambo, en Boca del Río, donde miles de coleccionistas jarochos compraron sus primeros videojuegos Nintendo o Game Boy, o juguetes importados.

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A 40 años de su nacimiento, es la principal opción de los jarochos para la compra de todo tipo de figuras de caricaturas clásicasanimes de los ochenta y series japonesas contemporáneas.

LA PANDEMIA: UN BOOM EN REDES

La cuenta de Instagram de la Juguetería Bravo’s goza de un universo de cinco mil 720 seguidores desde que las hijas de José Antonio Bravo la crearon en los primeros días de abril de 2020.

Para entonces, la administración de la Plaza Mocambo había comunicado a los locatarios que el centro comercial suspendería sus actividades durante 30 días por mandato de las autoridades sanitarias.

“Fue un golpe, pero afortunadamente mi esposa y mi hija me dijeron ‘oye, papá, vamos a ayudarte’, se metieron a ayudarme más promocionando la juguetería en redes sociales”, relata José Antonio.

La idea de su hija Paola Bravo fue que, pese a que la juguetería estuviera cerrada, los clientes podrían recibir las figuras y juguetes a través de envíos por paquetería a toda la zona conurbada.

En menos de 24 horas, la cuenta de Instagram del negocio de los Bravo obtuvo dos mil 500 seguidores atraídos por los juguetes de distribuidores como Funko y Bandai.

Parte del boom fue que la juguetería anunció en sus redes sociales que el 31 de marzo de 2020 sería su último día de venta, sin embargo, José Antonio aclara que todo fue una confusión.