Ahora el COMPRANET

Agustín Basilio de la Vega

Desde el pasado 15 de julio a las 16:00, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público informó que, por causas ajenas a esa dependencia, se suspendió el sistema Compranet por lo que la Coparmex (Confederación Patronal Mexicana) urgió a la Secretaría de la Función Pública” a que resuelvan con inmediatez las causas que dieron origen a que la plataforma fuera deshabilitada, pues es urgente que sea puesta en operación nuevamente”.

Según datos de un importante diario nacional, el gobierno federal negocia en promedio 400 contratos diarios que equivalen a operaciones de 3 millones de pesos por minuto. El actual gobierno ha hecho de las adjudicaciones directas su modus operandi, pues 8 de cada 10 contratos se hace por medio de esta modalidad que debería ser, de acuerdo con la normativa aplicable, un método excepcional, o sea, que de manera ordinaria y mayoritariamente, las compras y contratación de obra deben realizarse por licitación pública.

Oficialmente, el Compranet “es un sistema transaccional que permite a las instituciones públicas realizar procedimientos de contratación de manera electrónica, mixta o presencial; los licitantes, proveedores o contratistas cuentan con funcionalidades en el sistema que les permite consultar los procedimientos de contratación” y enviar sus propuestas y documentación.

Inició su desarrollo en 1996 para “modernizar el proceso de contrataciones gubernamentales y atender los compromisos asumidos por el Gobierno federal en la Alianza para la Recuperación Económica”. Este sistema da acceso a más de 250 mil empresas que con mayor facilidad pueden identificar las necesidades del gobierno y aumentar así sus oportunidades de venderle.

Con la publicitación de las convocatorias para adquirir insumos, servicios o contratar obras, las personas físicas y morales pueden “consultar datos de los procedimientos de contratación que realizan las instituciones públicas del gobierno federal y de aquellas instituciones públicas del gobierno local que reciben recursos federales, así como información pública de los expedientes, contratos, unidades compradoras (dependencias e instituciones gubernamentales) y proveedores y contratistas inscritos en el Registro Único de Proveedores y Contratistas, todo esto con el objetivo de transparentar las contrataciones públicas que realiza el gobierno”,

El que este sistema falle durante diez días es otro retroceso grave en los últimos 25 años. Pues además de que hace sospechoso y opaco el uso de los recursos públicos, impide a los ciudadanos conocer el destino de sus impuestos. Es un duro golpe a los avances que México ha tenido en transparencia y rendición de cuentas, aumenta la corrupción y disminuye la confianza de las empresas en las autoridades. Si se sigue dañando a las instituciones nacionales y socavando el Estado de derecho, nuestro país se alejará cada día más del mundo en desarrollo.

Algunos ciudadanos no alcanzan a comprender lo que significa que deje de funcionar este sistema, pero es como si alguien que ofrece en venta productos y servicios no tuviera acceso a sus clientes ni manera de saber en cuánto vende la competencia lo mismo que uno está ofreciendo. Un buen comprador (en este caso el gobierno) está obligado a cotizar con muchos proveedores para conseguir el mejor precio con la mayor calidad posible pero, sobre todo, a mostrar en qué usa cada peso del erario.

Sin transparencia ni rendición de cuentas y sin favorecer el libre mercado, México se puede convertir en un país chatarra y cada día habrá más desempleo y pobreza. Urge restablecer las instituciones para que tanto los mexicanos como los extranjeros recuperen la confianza en nuestro país.

Twitter @basiliodelavega                            25 de julio de 2022