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La Jornada

Una gasolinera en la Ciudad de México. Foto Roberto García Ortiz / Archivo.

Ciudad de México. México tendrá un sexenio perdido en términos de crecimiento, en parte por las consecutivas crisis económicas internacionales que han derivado de la pandemia de coronavirus y el acelerado aumento de precios, así como la baja inversión que permea a todos los países latinoamericanos, exhibió la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Daniel Titelman, director de la División de Desarrollo Económico del organismo, reportó que México se encuentra entre los 16 países de América Latina que este año no regresarán a los niveles de crecimiento que tenían antes de la pandemia, pero no sólo eso, su producto interno bruto (PIB) recuperará hasta 2024 el nivel que tenía en 2018.

De acuerdo con las más recientes proyecciones de la Cepal, la economía mexicana crecerá 1.9 por ciento este año. La cifra implica una revisión al alza sobre el estimado de 1.7 por ciento reportado en abril por el mismo organismo. Al referirse a la variación general en las proyecciones para la región, Titelman reportó que ésta responde a ajustes estadísticos.

En tal contexto, México se encuentra entre los países que más uso dan a la tasa de interés como herramienta central para combatir la inflación. La Cepal exhibe que mientras las economías de ingresos altos tienen una inflación por arriba o similar a la de otras en América Latina, estas últimas han encarecido el dinero hasta 22 veces más.

Mario Cimoli, secretario ejecutivo interino de la Cepal, recalcó que la inflación por sí misma aumentará el número de personas en pobreza y pobreza extrema, por lo que no descartó las diferentes herramientas que puedan ayudar a reducirla. Sobre una de las más controversiales, como el subsidio a gasolinas en México, reconoció que no es necesariamente “moral o éticamente” la primera opción, pero la realidad laboral se impone.

“La gasolina es un elemento que afecta fuertemente a los sectores más débiles y en condiciones de informalidad o trabajo precario”, enfatizó; así que su aumento también pega a los sectores pobres que subsisten con ingresos irregulares, dijo en conferencia de prensa.

“Obviamente esto (subsidiar la gasolina) va obstinadamente contrario a la transición energética”, además de que tiene un “componente fuertemente regresivo”, por lo que en el mediano y largo plazo debe retirarse, dijo.

No obstante, abundó, en “una coyuntura como la que se tiene hoy en la región”, con una inflación que viene por el lado de los energéticos y alimentos, con bajo crecimiento, inversión en declive y estados de bienestar poco desarrollados, “no quedan muchísimos instrumentos” para actuar.