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E-Consulta Veracruz

Por Isabel Ortega.
Clarita no sólo se ganó el corazón de los xalapeños con su buen sazón, también conquistó a mexicanos desde Master Chef

Su rostro se ilumina y por momentos saborea. Clarita, participante de Master Chef, recuerda cuándo su mamá les cocinaba alrededor del fogón de leña “frijolitos con huevo” en su natal Misantla, municipio ubicado en la zona central montañosa de Veracruz.

Clarita confiesa que fue en esa época -a sus 10 años de edad- cuando se enamoró de la cocina. La mezcla de los olores de la comida y el humo la transportan a sus raíces, en la cocina de su mamá.

Xalapeña por adopción, la cocinera de 60 años es un personaje icónico de la ciudad. Tiene 38 años viviendo en capital y tras su paso por el programa de cocina Master Chef, abrió su restaurante. Es una influencer con más de 50 mil seguidores en redes sociales, y embajadora de la cocina mexicana y de algunas marcas comerciales.

Su negocio, La Cocina de Doña Clarita, está ubicado en Ávila Camacho número 42, es uno de los locales que por décadas albergó la sucursal del tradicional café de La Parroquia. Lo céntrico y visible del comercio permite a sus seguidores identificarla y pedirle fotos.

Acostumbrada a las selfies, se ha retratado con comensales de su negocio, políticos, locales visitantes, manifestantes, feministas, católicos y hasta con el arzobispo, Jorge Carlos Patrón Wong, que alguna vez participó en una procesión en la céntrica avenida.

EL ORIGEN DE LA TALENTOSA COCINERA

Enfermera de formación técnica, conoció los primeros auxilios en el club de la secundaria, donde, además, cursó el taller de cocina. Su formación escolar le permitió encontrar, años después, su forma de vida y el sustento para sus tres hijas.

Luego de cocinar frijoles con huevo en el fogón de su mamá, en la secundaria aprendió a preparar mermeladas y pan. Con el paso de los años empezó a perfeccionar platillos de Misantla, incluso, sin saber que era un emplatado, adornaba con flores o hiervas de olor la comida que servía.

Cuenta que hace tres décadas decidió migrar de Misantla a Xalapa; trabajaba de enfermera, y en sus ratos libres cocinaba platillos típicos, que luego ofrecía a sus amigos, en oficinas de gobierno o con conocidos.

“Antes de estar en Master Chef cocinaba en mi domicilio con mis amigas, hacíamos chiles chipotles rellenos de pollo; en una ocasión vendimos como 500 chiles, fue una cosa increíble. Cada quincena vendía tamales, chiles, costilla en chile seco (…) y así fue como me di a conocer”.

Reconoce que tras la pandemia es común que la gente prepare comida desde su hogar y la venda en redes sociales, sin embargo, antes del confinamiento, ella ya cocinaba y vendía -desde casa- platillos típicos de Misantla y algunos más que aprendió en su estancia en Xalapa.

PASA CASTING CON PLATILLOS TRADICIONALES

Su hija la mayor, que en ese entonces estudiaba para Chef, no se perdía los capítulos del concurso de Master Chef, que inició en el 2013, en donde personas sin formación profesional preparaban platillos típicos de su ciudad o estado de origen.

No era asidua a ver programas de televisión, pero a sus hijas les gustaban ver a algunos personajes cocinar y destacar por su personalidad, “me decían, mira a la monjita. Vi un capítulo”.

En 2016, el programa realizó un casting en Xalapa. Su llegada generó emoción en su hija mayor que le pedía participar en el proceso de selección, pues confiaba en su sazón y en su personalidad. Su giño de ojo y un pequeño chiflido son su principal característica y lo que le hizo ganar el apoyo de los televidentes.

“Me animó y fuimos las dos a ser el casting, lo curioso fue que yo pasé y ella no. Ella como buena profesional llevaba algo muy fresa, chile relleno Ratatouille -muy sabroso-. Aceptaban hasta segundo semestre de gastronomía y ya después puro cocinero amateur, como yo”.
En su caso, cuenta Clarita, no estaba segura de qué preparar, sin embargo, decidió cocinar chile bola, platillo artesanal en peligro de extinción, que se prepara con pepitas de pipían de las que se obtiene aceite virgen y se combina con pasta de chile seco, “se hace bolita y se come embarrado en tortilla recién hecha”.

Esa comida típica de Misantla le permitió pasar un primer filtro de entre ocho mil participantes. De ahí 300 cocineros viajaron a Guanajuato, donde eligieron a 50 cocineros; en esa ocasión preparó unas empapatadas.

Ya con su cuchara de Master Chef pasó dos filtros más hasta quedar 18 concursantes que participaron en la temporada. En la tercera etapa cocinó costilla en chileajo seco; y finalmente un chile huevillo, que le dio el pase final para viajar a Colombia donde grabaron la temporada.

“Master Chef no tenía cocina en México, entonces se grababa en Colombia; fue la última temporada; y estuvimos como dos meses. La primera vez que participé salí a la mitad y ya después, en 2019, me invitaron para participar en La Revancha”.

¿CÓMO SURGE SU RESTAURANTE?

Luego de que participó en Master chef -en 2016- la gente la contactaba por redes sociales para saber si tenía algún restaurante, con la idea de probar sus guisos, y fue cuando, con el impulso de sus hijas -luego de un cónclave familiar- decidieron buscar un local.

Desde hace cinco años abrieron su restaurante que, además, brinda trabajo a 10 jóvenes. El espacio permanece abierto de martes a sábado de nueve a 10 de la noche; y domingo y lunes de nueve a cinco de la tarde.

El día de Clarita es muy cansado, confiesa, pues inicia a siete de la mañana y termina después de las 10 de la noche, pues no sólo trabaja cocinando en su restaurante, en ocasiones, debe grabar programas o promocionales de festivales o ferias de comida, incluso ya incursionó en la conducción en un programa semanal en Radio Televisión de Veracruz (RTV).

Sin embargo, cuando tiene evento o deben preparar un bufet para alguna celebración, debe despertar antes de las cuatro de la mañana, “hoy me queda claro que al que madruga, Dios lo ayuda”.

La enfermera, cocinera e influencer aconseja a todas las personas a atreverse a soñar y dejarse llevar por sus instintos “para llegar lejos”.

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