Santa Teresa de Calcuta recibió del Papa Pablo VI un auto convertible para rifarlo y abrir una leprosería en Bengala; a San Juan Palo II lo convenció para abrir un albergue para indigentes en el Vaticano. Todo esto y más obras que realizó, la llevó a la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas en México en 1975, donde presentó su ideario que se basa en la acción por encima de la organización, lo que le ganó el Premio Nobel de la Paz, y fue designada por San Juan Pablo II como mediadora en el conflicto del Líbano, donde debatió con políticos y grandes líderes. Es parte de lo que escribe Lila Ortega Trápaga en la publicación «Alégrate» de la Arquidiócesis de Xalapa. Foto de «biografías y Vidas».