Tamales neoliberales.
Por: Ed. Dr. Claudia Viveros Lorenzo
Me encantan los tamales de masa, si esos que algunos llaman de rancho. De preferencia de pollo o de cerdo, si son picositos mejor. Como me gustan tanto, tengo una “caserita” a la vuelta de mi casa a la que le compro de forma bastante recurrente, no lo voy a negar, me escapo en las noches a buena hora para alcanzar sus deliciosos tamales. El año pasado costaban 10 pesos. En Enero de este año subieron a 11 y la primer semana de septiembre han alcanzado ya los 14 pesos. Si… le he contado todo esto para llegar al meollo del asunto. Porque con lo que acabo de describir, podemos notar como un producto ha subido en casi nueve meses, un 40%. Y entonces escucho en la radio los spots con la voz de nuestro Presidente, en un discurso donde dice que no, que no son iguales a las anteriores administraciones. Y no me voy a detenerme a señalar si unos son más buenos o más malos que otros. Porque ya a estas alturas, la verdad creo que es lo de menos. Lo que no es cosa que debemos tomar a la ligera, es darnos cuenta, que de plano los actuales, no pueden. La gasolina en algunos lugares casi en 24 pesos el litro, son pocos los establecimientos donde la puedes encontrar a menos de 20. Todos los productos de la canasta básica también por los cielos y obvio, los sueldos igual de raquíticos. Y nosotros como pueblo como siempre, buenos, nobles y aguantadores.
El ciclo escolar empezó hace un mes, y los útiles por las nubes, un paquete de 500 hojas blancas rayaba en casi los 300 pesos. Soy ama de casa también, tengo una idea de los precios y busco las mejores alternativas para que rinda, aunque sé que no tanto como muchas otras, gracias a Dios, pero me pongo a pensar en esas que si tienen que cuidar centavo tras centavo para llegar a fin de mes con más ahínco. Porque los datos que le platico esta semana, aunque no son muchos son un reflejo de la realidad y todo se multiplica. Yo espero que realmente se den cuenta de que gobernar no es fácil, criticar sí. Lo terrible es que si ahora se les señala, pues somos aspiracionistas que no sabemos vivir con austeridad. Pero los errores han sido los mismos y quizá hasta más grandes por la falta de experiencia y creo que no lo merecemos. Veo a la gente mayor con su discurso cómodo de “así son las cosas en este país” pero no lo creo, ese “así” no puede seguir. Ese “así” es el que hay que observar y proclamar por la mejora, por el cambio real, no el de palabrería. Yo puedo entender que no se pueden tener varitas mágicas y cambiar todo de la noche a la mañana, pero “los datos”, los reales nos indican que el cambio no nos llevó a la mejora, sino a una crisis más cruda, y sí, tampoco me olvido que mundialmente vamos saliendo de una pandemia que pegó a la economía, pero seguir enfrascados en el señalamiento al pasado y no enfocarse en controlar el presente nos está ahogando en una crisis terrible y yo… yo quiero seguir comprando mis tamales no me importa si son neoliberales.
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