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La Jornada

Como consecuencia de una inflación que no deja de presionar, el Banco de México (BdeM) incrementó por tercera ocasión consecutiva y de manera unánime, en 0.75 puntos porcentuales su tasa de referencia, con lo cual la ubicó en 9.25 por ciento, el nivel más alto desde que existen registros.

En su comunicado de política monetaria, el banco central destacó que las expectativas correspondientes para 2022 y 2023 volvieron a incrementarse, además de que prevé que el ritmo de crecimiento de la actividad económica en el tercer trimestre de 2022 se desacelere respecto del crecimiento observado en la primera mitad del año.

“Las presiones inflacionarias acumuladas derivadas de la pandemia y del conflicto bélico continúan afectando a las inflaciones general y subyacente, que en la primera quincena de septiembre registraron tasas anuales de 8.76 y 8.27 por ciento, respectivamente, manteniéndose en niveles no observados en dos décadas”, apuntó.

En este contexto, y ante choques inflacionarios de una magnitud mayor a la anticipada y la perspectiva de que sus efectos tomen más tiempo en desvanecerse, los pronósticos del BdeM para la inflación general y para la subyacente se revisaron al alza para todo el horizonte.

“En este entorno más complejo, se anticipa que la inflación converja a la meta de 3 por ciento en el tercer trimestre de 2024”, destacó el banco central.

Asimismo, resaltó que persisten riesgos al alza para la inflación, como por ejemplo: persistencia de la inflación subyacente en niveles elevados; presiones inflacionarias externas derivadas de la pandemia; mayores presiones en los precios agropecuarios y energéticos por el conflicto geopolítico; depreciación cambiaria y presiones de costos.

Foto de Roberto Ortiz García en LJ