La Comisión Económica para América Latina y Caribe señala que la estimación económica para México en el próximo año es una de las más bajas para la región.
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La Comisión Económica para América Latina y Caribe (Cepal) estimó que la economía mexicana se desacelerará de un crecimiento de 1.9 por ciento este año a 1.1 por ciento en 2023, nivel muy por debajo del pronóstico oficial y de otros organismos internacionales.
Al dar a conocer la actualización de sus proyecciones de crecimiento de los países de la región, el organismo económico regional de Naciones Unidas mantuvo sin cambio en 1.9 por ciento su pronóstico de crecimiento para el Producto Interno Bruto (PIB) de México en este año y fijó en 1.1 por ciento el del año próximo.
La estimación económica para México en 2023 es una de las más bajas para la región y está por debajo del crecimiento de 3 por ciento pronosticado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Asimismo, es la más baja entre los principales organismos financieros internacionales, ya que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Banco Mundial (BM) prevén un crecimiento para México de 1.5 por ciento el año próximo.
En tanto, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) prevé un avance para la economía mexicana de 1.4 por ciento y el Fondo Monetario Internacional (FMI) de 1.2 por ciento.
La Cepal informó que para 2022 se espera un crecimiento de 3.2 por ciento para América Latina y el Caribe, superior al indicado en agosto pasado, pero para el próximo año prevé que la desaceleración se acentúe, con un crecimiento de 1.4 por ciento en 2023, en una coyuntura sujeta a importantes restricciones tanto externas como domésticas.
En un comunicado, apuntó que el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania afectó negativamente el crecimiento global -y con ello la demanda externa que enfrentó la región este año, junto con acentuar las presiones inflacionarias, la volatilidad y costos financieros.
La mayor aversión al riesgo, junto a la política monetaria más restrictiva por parte de los principales bancos centrales del mundo, perjudicó los flujos de capital hacia los mercados emergentes, incluyendo América Latina, además de propiciar depreciaciones de las monedas locales y tornar más onerosa la obtención de financiamiento para los países de la región, anotó.
Según la Cepal, en 2023 los países de la región se verán nuevamente enfrentados a un contexto internacional desfavorable, en el que se espera una desaceleración tanto del crecimiento como del comercio global, tasas de interés más altas y menor liquidez global.
En lo interno los países de la región enfrentarán nuevamente en 2023 un complejo entorno para la política fiscal y monetaria, añadió.
En lo monetario, apuntó que el aumento de la inflación condujo a los bancos centrales, al igual que en la mayor parte del mundo, a aumentar las tasas de política -en algunos casos de manera sustancial- y a reducir el crecimiento de los agregados monetarios.
Si bien se prevé que en 2023 este proceso llegue a su fin -en la medida que se vayan anclando las expectativas de inflación en los países-, los efectos de esta política restrictiva sobre el consumo privado y la inversión estarán presentes durante 2023, mencionó.
El organismo señaló que en el ámbito fiscal permanecerán altos los niveles de deuda pública en un gran número de países.
En un contexto de altas demandas por gasto público, se requerirán medidas para fortalecer la sostenibilidad fiscal y ampliar el espacio fiscal mediante el fortalecimiento de los ingresos públicos.
DGM