Lugar:
Fuente:
El Economista

El FMI reconoció que el gobierno ha mantenido una postura fiscal neutra en términos generales, con un objetivo de déficit fiscal de 3.8 por ciento del producto interno bruto (PIB),

El Fondo Monetario Internacional (FMI) no descartó la posibilidad de que el Banco de México (BdeM) siga aumentado más la tasa de interés de referencia el próximo año, debido a la incierta trayectoria de la inflación en el país.

Al concluir la consulta al artículo cuarto en México —procedimiento al que todos los países miembros del organismo internacional, sin importar si cuentan con una línea de crédito, deben someterse según sus estatutos—, los directores ejecutivos del FMI “mostraron su beneplácito a las políticas macroeconómicas prudentes de las autoridades ante el repunte de la inflación”.

El organismo internacional recordó que el indicador pasó de 3 por ciento a finales de 2020 a 7.4 al cierre del año pasado y en septiembre se ubicó en 8.7 por ciento.

Si bien se estima que se estabilice en los últimos meses de 2022 y disminuya gradualmente el siguiente año, los directores ejecutivos del FMI consideraron que ante la significativa incertidumbre sobre la trayectoria de la inflación en 2023, “podrían ser necesarios nuevos aumentos de la tasa objetivo y el mantenimiento de una postura de política restrictiva durante algún tiempo”.

Pese a ello, el FMI también expresó su aprobación por el enfoque productivo que ha mantenido el banco central mexicano para hacer frente a la inflación.

Los directores ejecutivos resaltaron la importancia de una comunicación clara de la política económica y también recomendaron alinear más estrechamente los aumentos salariales con la inflación prevista y la productividad de los trabajadores con menores salarios.

Después de reiterar que se espera que la economía mexicana crezca 2.1 por ciento en 2022 y se ralentice para terminar en 1.2 por ciento el siguiente año, el FMI reconoció que el gobierno ha mantenido una postura fiscal neutra en términos generales, con un objetivo de déficit fiscal de 3.8 por ciento del producto interno bruto (PIB).

Destacó que la administración federal ha utilizado subsidios en gran medida no focalizados para mitigar el aumento de la vida, decisión que ha contrarrestado los ingresos petroleros extraordinarios.

Comentaron que la suavización de los precios al menudeo de los combustibles redujo las presiones sobre los costos, pero tuvo “un costo considerable en el presupuesto”, por lo que exhortaron a las autoridades a que “en caso de que los precios del petróleo suban de nuevo, elijan apoyos más focalizados a fin de proteger otros gastos prioritarios”.

“Se deben preparar planes de contingencia para una respuesta de política económica rápida en caso de que se materialicen los riesgos a la baja”, dijo.

Agregó que “sería importante aumentar los amortiguadores fiscales en el corto plazo y reformar el marco institucional para lograr una mayor flexibilidad a largo plazo”.

Los directores ejecutivos señalaron que México debe implementar medidas adicionales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, lo cual incluye “el fomento de una mayor participación del sector privado en el sector energético ayudaría a impulsar la competitividad y la inversión”.

Foto de El Economista.