«Mi gemelo Benjamin estaba en tercera base y me tocaba a mí batear, lo hice casi cerrando los ojos y logré una rola entre  tercera y segunda base que cayó sobre una plasta seca de vaca  que salpicó alto y detuvo la pelota. Ni el jugador de segunda ni el de tercera se decidieron a embarrarse las manos al recoger la pelota, y en los segundos de duda Benjamín anotó la carrera que nos dió el triunfo. El capitán de nuestro equipo dijo: «Gracias a Dios nos ayudó la mierda».  Lo escribió Magno Garcimarrero en su libro «Anécdotas recogidas de Los Cuates», que fue editado por «Newsver/Veranews». Foto de Luis Ayala.