EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ

¡Antes de que abrieran la ‘inche tienda!

Por Ramón Durón Ruíz (†)

El sabio filósofo chino Lao Tse –que significa “Viejo Maestro” afirmó: “Lo que está a medias… será completado. Lo que está torcido… enderezado. Lo que está vacío… llenado. Lo que está viejo… renovado. Quien tiene poco… recibirá

El viejo Filósofo, hace votos para que en estas fechas navideñas, recibas todo lo que las manos del Padre tienen para tu vida. Recuerda que Navidad, es Natividad, es nacimiento, quiero que renazca la fe y la esperanza de que la vida tiene no sólo lo mejor, también lo más espectacular para ti; sólo se requiere que pidas con amor y humildad y el universo siempre conjurará a tu favor, cumpliendo tus sueños.

El gran fracaso del ser humano, es que a pesar de tantos años de vida, el hombre no ha encontrado el íntimo secreto para ser feliz, y ese lo tienen los niños y los abuelos, porque saben que “se requiere muy poco para ser feliz”, porque “La felicidad está en el trayecto… no sólo en el arribo

San Ignacio de Loyola afirmaba con meridiana sabiduría: “Sólo seremos felices… cuando estemos dispuestos a serlo” por eso HOY DATE PERMISO DE… salir a la vida con los brazos abiertos, para recepcionar el cambio.

Esta Navidad abre tu alma para encontrarte con tu grandeza, para ir más allá de tus límites, para saber que “si puedes correr… mejor te des permiso de volar”, si estás pasando por un dolor o un problema, te servirá para ser mejor ser humano, si estás en la plenitud y el amor, ten la humildad de dar las gracias y aprender a sonreír a la vida.

Sonreír es una ofrenda a DIOS, por el milagro de la vida, es una luminosidad del alma, por el regalo del nuevo amanecer. Sonreír, te lleva a explorar los intrincados caminos del universo, que te recuerdan que naciste para amar y ser amado, reconociendo que eres un ser con aciertos y con errores; descubriendo tus fortalezas; reconociendo tus debilidades, permitiéndole a tu alma sacudirse los polvos de aquellos lodos; creyendo en tus sueños, dejando partir viejos resabios, resentimientos, odios y miedos, que sólo le quitan impulso a tu alma para seguir creciendo; sonreír te lleva a cultivar el silencio, para escuchar la voz de tu alma; te lleva a no exigirte la suprema perfección, tampoco esperarla de nadie.

Si sonríes ante el dolor y la adversidad, dejas de lado el ego que hay en tu humana fragilidad, enfrentas los retos con elevada autoestima; sonríes para no pasar indiferente ante los prodigios y bellezas de la vida; sonríes enfrentando viejos paradigmas, creyendo en ti mismo… creces espiritualmente.

“El buen humor es una sana habilidad emocional que consiste en mantener un estado mental positivo en casi todas las circunstancias”. El humor es una profunda fuente de bienestar, es medicina pura para tu alma, tu mente y tu cuerpo.

Parafraseando al Padre de la Patria de Sud África, Nelson Mandela, el viejo Filósofo dice: “La gente aprende a odiar, y si aprende a odiar, también se le puede enseñar a amar; nunca es tarde para aprender y enseñar a amar y a sonreír.

Mediante la risa, tu Divina trinidad alma-mente-cuerpo encuentra el maestro que llevas dentro, llega el balance perfecto y recibes como recompensa la prosperidad, la armonía, el equilibrio y la salud. El sentido del humor te regala la sonrisa; proceso profundo que beneficia todos los aspectos de tu ser.

Apropósito del sentido del humor, de sonreír y de que la Navidad es alegría, recuerdo al Juez que promete ser tolerante con motivo de la Navidad y le pregunta a un acusado:

— ¿De qué se le acusa?

— De haber hecho mis compras navideñas con anticipación.

— ¡Ah chinga, chinga, chinga!, pero eso no es un delito.

— ¿Con cuánta anticipación las compró usted?

— ¡Antes de que abrieran la ‘inche tienda!

 

 

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